CIUDAD DE MÉXICO.- Dos niñas de trece años fueron hospitalizadas el fin de semana pasado en la provincia de Pontevedra por sendas intoxicaciones etílicas. Bajo la impresión del fallecimiento el mes pasado en la localidad madrileña de San Martín de la Vega de una niña de doce años por la ingestión de alcohol en un botellón, los dos casos del pasado sábado en Galicia, en las ciudades de Vigo y Pontevedra, tienen en común que las protagonistas fueron chicas adolescentes que consumieron bebidas etílicas en fiestas callejeras. Las dos tuvieron que ser trasladadas a hospitales, después de que los vecinos diesen la voz de alarma a la policía, si bien la niña pontevedresa presentaba síntomas más graves que la viguesa.
Se trata de sucesos que alimentan el debate, también en Galicia, sobre el consumo de alcohol a edades tempranas en fin de semana y sobre la eficacia de las políticas que aplican los ayuntamientos para controlar estas prácticas.
En lo que va de año han sido atendidos en Galicia 409 menores por intoxicación etílica, según informó el servicio de emergencias 061. De ellos, 227 eran chicos, mientras 180 eran mujeres y hay otros dos casos sobre los que no se disponen de datos sobre el sexo de los implicados. La gran mayoría de estos cuadros se dieron en las provincias atlánticas, las de A Coruña y Pontevedra, las más pobladas y con mayor proporción de población juvenil. En este contexto, la defensora del pueblo autonómica gallega, Milagros Otero, hizo ayer un llamamiento a intensificar los controles sobre la venta de alcohol a menores y a impedir que participen en botellones.
No obstante, el caso de la ciudad de Pontevedra del pasado sábado por la noche no se enmarcó en este tipo de concentraciones de jóvenes en plazas o parques para consumir alcohol masivamente, sino en un evento de la cultura tradicional, el magosto, que en su origen es una reunión para comer castañas acompañadas con vino. Este magosto se celebraba en un parque del barrio de Monteporreiro. Según el portavoz de la Policía Local pontevedresa, un vecino avisó a las fuerzas de seguridad de que había una niña tumbada en un banco, con evidentes síntomas de sufrir una intoxicación etílica.
Los agentes de la Policía Local encontraron a la adolescente de 13 años en estado seminconsciente, por lo que avisaron a sus padres y a una ambulancia, que la trasladó a urgencias del hospital provincial, donde fue atendida sin que, según el servicio sanitario, llegase a estar en coma etílico. El portavoz de la Policía Local asegura que se está investigando quien vendió a los jóvenes el ron que ingirió la niña.
En la ciudad de Pontevedra hay desde hace ocho años una zona acotada para el botellón, en A Xunqueira, un área que según el Ayuntamiento ha contribuido a reducir la conflictividad que existía antes con frecuentes peleas, así como a incrementar el control, aunque también abrió el debate sobre si de este modo se fomentan las prácticas no saludables entre la juventud.
En la vecina ciudad de Vigo el alcalde, Abel Caballero, afirmó ayer que se mantiene “vigilante y permanentemente atento” para evitar el consumo de alcohol por parte de menores después del caso que se produjo en este municipio el mismo sábado, cuando una niña de unos trece años tuvo que ser trasladada al servicio de urgencias del hospital Álvaro Cunqueiro con síntomas de sufrir una intoxicación etílica. Caballero, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, afirmó que, además de la intervención de las administraciones públicas y de las fuerzas de seguridad, “se necesita mucho la acción de padres y familias”.
La joven viguesa participaba en un botellón, en las inmediaciones de un centro comercial de la Gran Vía. Como en el caso de Pontevedra, la policía intervino porque un vecino dio el aviso sobre el estado de la niña, lo que provocó su traslado al centro sanitario.
Con información de Vanguardia.