SAN FERNANDO, Tamaulipas.- En los últimos seis años, la Laguna Madre ha pasado de ser una fuente de ingresos para pescadores y sus familias a una zona sin especies ni visitantes foráneos, agravada por el desempleo y la inseguridad.
El turismo, una de las actividades opcionales que generaba derrama económica a los pobladores, tampoco ha podido repuntar, ya que de 2010 a 2013 la gente dejó de visitar la Laguna Madre por falta de garantías a la seguridad personal.
La captura de diversas especies ha disminuido de forma constante en los últimos seis años, debido a los cambios climatológicos que se han estado presentado, y que afectan a integrantes de 17 organizaciones pesqueras que operan en este litoral.
En torno a la situación de los pescadores, el presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras del Norte de Tamaulipas, Armando Mosqueda Padilla, dijo que el alto costo del carburante, las condiciones climatológicas y las vedas que les han impuesto fuera de tiempo ocasionan que cinco mil familias estén en crisis económica.
Las vedas de las especies de lisa, liseta y lebrancha inician noviembre, continuando en enero, que son aplicadas por la Comisión Nacional de Pesca –CONAPESCA- en tanto que en octubre se aplican otras medidas de reserva de especies.
También la veda de tiburón repercute en su economía familiar, ya que abarca de mayo a junio y no hay ingresos que compensen la falta de comercialización.
De todas las vedas, la que afecta a casi cinco mil familias es la de camarón, y como la instituida este año del 26 de mayo al 9 de julio, en la cual prácticamente se paralizan las actividades en la Laguna Madre.
La primera veda de camarón “experimental” se impuso en el sistema lagunario en 1993, trayendo consigo protestas de los pescadores que incluso llegaron a cerrar la carretera federal Matamoros-Victoria a la altura del puente peatonal de la colonia Paso Real, ya que ha sido catalogada como una veda de escritorio que no ha traído resultados positivos al sector pesquero.
La emigración
Durante la prohibición de captura del crustáceo, los pescadores adheridos a las cooperativas y Sociedades de Solidaridad Social, conocidas como triples “S”, tienen que emigrar a la frontera, a San Fernando o a ranchos para emplearse como obreros, albañiles y jornaleros.
Ante esta situación que prevalece en la Laguna Madre durante los tiempos más difíciles, casi el 60 por ciento de los pescadores salen de la zona a buscar el sustento diario, se separan de sus familias y se emplean en trabajos mal pagados.
Mal trabajo en las barras
Otro de los factores que han afectado al sector pesquero es el mal trabajo que se ha realizado en las barras, principalmente la “Boca de Catán”, ubicada frente al poblado pesquero Carvajal, donde se invirtieron más de 280 millones de pesos.
Quienes se dedican a la captura de especies en el Golfo de México y Laguna Madre, en su momento denunciaron el pésimo trabajo, solicitando la intervención de la Secretaría de la Función Pública a través del entonces diputado local Mario Alberto de la Garza Garza, pero no se tuvo respuesta.
Actualmente permiten el flujo y reflujo del agua, con el ingreso de productos de pesquerías a través de las barras; “Boca Ciega” en el Barrancón, “San Antonio” y “Santa Lucinda” frente a Carbonera, incluyendo también a la “Boca de Catán”, aunque algunas sufren de azolvamiento.
En esta última la inversión para su rehabilitar el rompiente será de 80 millones de pesos, informaron los líderes pesqueros.
Con la apertura de las entradas de agua a la Laguna Madre, se espera que mejore las condiciones que prevalecen en el sistema lagunario y por lo tanto tengan una mejor calidad de especies de escama y crustáceo.
Actualmente los pescadores están recibiendo como pago 50 pesos por cada kilo de camarón capturado, 30 por trucha, 15 por corvina y 6 pesos por lisa y
croca, lo que les resulta insuficiente porque las pocas capturas no cubren los gastos que invierten en el carburante.
También indicó que el precio de la especie conocida como “Sierra” que se captura en el litoral del Golfo de México, de 40 pesos por kilo, pero al incrementarse los volúmenes de extracción, causó la saturación en los mercados de Tampico, Poza Rica, y la Viga en la Ciudad de México, y eso desplomó el precio a seis pesos el kilo.
Salvados por el turismo
Visitantes de Coahuila, Nuevo León y San Luis Potosí suelen acampar en el centro recreativo la Playa, ubicada en el poblado pesquero la Carbonera Norte, donde se concentra la mayor parte de los turistas a presenciar los festivales que se organizan por parte de las autoridades municipales en coordinación con la Secretaría de Turismo de Gobierno del Estado.
Otro de los puntos más concurridos por los turistas es la Barra Boca de Catán, que se encuentra frente al poblado pesquero Carvajal, utilizando para poder llegar a este centro recreativo el servicio de los lancheros.
En este renglón se tuvo un incremento de un cien por ciento en el 2014, con la presencia de más de 15 mil visitantes, cuando se organizó el festival “Carbonera Fest” y sobre todo la elaboración del coctel más grande el mundo, que rompió con el Record Guinness.
En 2015, el turismo despuntó por la presencia de visitantes que dejaron una de las mejores derramas económicas en los poblados pesqueros de Punta de Piedra, Carvajal, Punta de Alambre, las Carboneras Norte y Sur, donde las familias de pescadores tuvieron ingresos por la venta de alimentos y artículos elaborados con material de la región.
Aún hay esperanza
En 2015, el turismo despuntó por la presencia de visitantes que dejaron una de las mejores derramas; las familias de pescadores tuvieron ingresos por la venta de alimentos y artículos elaborados con material de la región.
Pobreza aleja posibilidad de ir a la escuela
En los seis poblados pesqueros ubicados en la Laguna Madre, hay manera de estudiar desde nivel preescolar hasta medio superior, pero aun así uno de estos últimos está a punto de cerrar por la baja población de alumnos que capta.
Se tratan del Colegio de Bachilleres, número 21, ubicado en la colonia Itavu, del poblado pesquero la Carbonera Norte, el que podría ser cerrado por tener tan sólo en este ciclo escolar diez alumnos.
La escasez de estudiantes es resultado de que los padres de familia no tienen para pagar por semestre la cantidad superior a los mil pesos, por sus exiguos ingresos.
Ante esta situación los padres de familia decidieron no enviar a sus hijos a estudiar en este plantel, si no inscribirlos en el Cobat del poblado Punta de Piedra, donde la inscripción semestral es de 300 pesos.
Es por ello que la mayoría de los estudiantes de los poblados pesqueros las carboneras Norte y Sur, Puerto Rico y El Alambre, se trasladan día tras día a bordo de unidades particulares de “raid” y en ocasiones caminando hasta Punta de Piedra para cursar sus estudios de nivel medio superior.
Cabe señalar que esta institución educativa tiene problemas por sobre cupo de alumnos, por lo que se requiere de más salones y de mejor infraestructura para que los jóvenes reciban enseñanza de calidad.
Hace tres años el mar se los tragó
Punta de Piedra es un pueblo de pescadores a orillas de la Laguna Madre, predomina la pesca de tiburones, una actividad que sólo es posible en mar abierto.
Aquí se respira aún el denso ambiente la tragedia: desde 28 de diciembre del 2008, tres familias esperan el regreso de sus parientes que salieron a mar abierto a capturar tiburón y nuca más volvieron a sus hogares, de donde salieron con la ilusión de tener una buena pesca.
La esperanza persiste porque suponen que pudiera haber pasado lo que a otros pescadores que fueron arrastrados por las corrientes marinas a otros continentes.
Quienes se encuentran en calidad de desaparecidos son Carlos Cruz, Antonio Molar y otro que solamente ha sido identificado como Benito “N”, según pescadores de esa comunidad.
A bordo de una lancha los pescadores salieron el 28 de diciembre del 2008 del poblado Punta de Piedra al interior del Golfo de México, para llevar a cabo su rutina diaria y regresar en horas de la tarde a sus respectivas viviendas donde los esperaban familiares y amigos.
Aun cuando en ese momento se activó la alarma por la desaparición de los tres pescadores, las autoridades municipales, estatales y federales, no lograron ubicarlos, por lo que se presume que sufrieron un lamentable accidente cuando se encontraban en altamar.
En la búsqueda de los pescadores participó en su momento la unidad de Protección Civil del municipio con embarcaciones y personal asignado, el Gobierno Estado, dispuso de un helicóptero y un avioneta para rastrearlos vía área, en tanto que las autoridades federales por medio de la Secretaría de Marina
Armada de México, coadyuvaron con lanchas rápidas las acciones de la localización de las personas arriba mencionadas.
Los resultados obtenidos fueron negativos y al paso de los días al no tener rastro alguno de las pescadores que fueron reportados como desaparecidos por sus familias ante las distintas autoridades las acciones de localización se tuvieron que suspender.
Al paso de los años quienes se dedican a capturar tiburón en el Golfo de México, localizaron vestigios de una pequeña embarcación, lo que hace presumir que se trata de la lancha donde se desplazaban Carlos Cruz, Antonio Molar y Benito “N”, que nunca más han vuelto a saber de ellos.
Aun cuando ya están por cumplirse ocho años que ha causado esta gran tristeza para los familiares de quienes un día salieron con la ilusión de tener una buena captura de tiburón y poder ganar un dinero que les serviría para llevar el sustento diario a sus seres queridos, hasta el momento no se sabe nada de ellos.
La ilusión de tenerlos de regreso nuevamente no se ha perdido por parte de sus familiares y amigos, quienes han visto como al paso del tiempo las autoridades correspondientes decidieron darle “carpetazo” a este asunto.
Desempleo y desperdicio de recursos
Aun y cuando en la Laguna Madre se extrae producto de calidad en escama y crustáceo, lamentablemente faltan empresas para procesarlo y generar más fuentes de empleo que permita a las familias contar con un ingreso seguro.
Proyectos para elaborar productos como lo es jamón de pescado, camarón, la hueva de lisa, otros más derivados de la jaiba, ostión, han sido presentados ante las autoridades correspondientes, pero lamentablemente no se ha tenido el éxito deseado.
Lo principal que se ha pedido es que se dé una capacitación a las familias de los pescadores para que sean ellas las que participen en la elaboración de estos productos y sean comercializados en otras regiones del país, además del extranjero.
Con la llegada del nuevo gobierno estatal se espera que estos proyectos aterricen en los diversos poblados pesqueros de la laguna madre, donde aparte de que se extrae productos de calidad, se cuenta con una excelente mano de obra que hasta el momento no ha sido aprovechados.