5 diciembre, 2025

5 diciembre, 2025

Laberintos del poder

Soñador o lunático

Laberintos del poder

Me disgusta entrometerme en temas de corte nacional, porque maldito el caso que me hacen y todavía es menor el interés que provocan mis humildes comentarios, pero no resistí la tentación de soltar también mis gatos a retozar alegremente ante la nueva embestida dialéctica de don Andrés Manuel López Obrador, en otra manifestación de sus ambiciones –legítimas, no puedo negarlo– de ser inquilino de Los Pinos.

Y con una disculpa, hago públicos mis desahogos:

¿Tendrá preparado el mandamás de Regeneración Nacional, por si gana la Presidencia de la República, alguna especie de diluvio universal aplicable sólo en
México?

¿Acaso tiene guardado algún tsunami que únicamente barra el territorio nacional?

¿Tal vez será alguna diabólica invención científica que a manera de lavado colectivo de cerebro nos cambie la mentalidad a todos los mexicanos de la noche a la mañana?

Disculpe por favor esta sarta de preguntas a todas luces estúpidas, pero es que sólo así puedo entender que el tabasqueño pueda creer que serían factibles los escenarios anunciados el domingo pasado como plataforma de gobierno si el voto lo lleva al Poder Ejecutivo federal en 2018.

Son proyectos que maquillados con la pintura de las buenas intenciones, en realidad son una cauda de promesas en su inmensa mayoría casi imposibles de realizar y algunas de ellas, muchas, muy cercanas al engaño, diseñadas, es evidente, sólo para conseguir simpatías que lleven votos a las urnas.

Si ha tenido usted la oportunidad de asomarse a los 50 puntos que propone quien será, a menos que un cataclismo lo impida, por tercera ocasión candidato a la presidencia, podrá percatarse que en su esencia el ofrecimiento es el mismo de siempre: gobernar con rectitud, desterrar la corrupción, abolir la impunidad, actuar con austeridad, otorgar bienestar material y felicidad al alma de todos. Hasta ahí, muy bien. Casi aplaudo.

Pero al entrar en las promesas y propuestas el panorama cambia. Le expongo sólo algunas de ellas.

No habrá examen de admisión en universidades. Todos ingresarán, con lo cual habrá que ver en dónde diablos están las escuelas para alojar a los millones y millones de jóvenes que exigirán su espacio en las aulas.

En lugar de un nuevo aeropuerto, abrir la pista militar de Santa Lucía, mandando a la basura un área estratégica de seguridad castrense y nacional.

Duplicar la pensión para adultos mayores en todo el país. Bienvenido el apoyo. Ojalá tenga de dónde obtener el dinero.

El Presidente viajará en avión de línea o por carretera, con lo cual revela que no tiene la menor idea del costo del tiempo de una decisión presidencial que debe trasladarse por tierra ni del riesgo que conllevan los pasajeros obligados a viajar por vía aérea con el mandatario.

“Convencer” al gobierno de Estados Unidos que es mejor para ellos y para México una política de colaboración que dar prioridad al trabajo policíaco.

El gobierno estará siempre a favor del diálogo, de la tolerancia y de la diversidad, pero esto es precisamente lo último que ha reconocido López Obrador, que ha mandado al diablo a las instituciones y nunca ha respetado a la diversidad.

Lo anterior es sólo una muestra de una larga lista de propuestas nacidas de la imaginación de un soñador si lo ve del lado romántico o de un lunático si lo ve del lado prosaico.

Para lograr lo que quiere López Obrador, requeriría precisamente lo que señalo en el inicio de estas líneas. Una catástrofe tan radical, algo tan profundo, que cambie nuestra historia, nuestras ideas, nuestras mentes, nuestras raíces, nuestras estructuras. Vamos. Que nos haga dejar de ser mexicanos.

Échese ese trompito a la uña, don Andrés Manuel…

La frase del día
“No hay crimen organizado sin una sociedad en orden…”
Frase de la serie “Gotham” de televisión

Twitter: @LABERINTOS_HOY

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