En contraste con el PRI, que tiene aspirantes a candidatos a cargos de elección popular hasta para repartir, en el PAN de algunos municipios, como el de Tampico, el problema es la falta de prospectos de peso, con los arreos políticos suficientes, por lo menos para pelear al tú por tú al tricolor la alcaldía en el 2018.
Entre los disponibles, algunos perdieron credibilidad, como el Químico Sergio Salazar, que se enferma sospechosamente cuando tiene todo para ganar, otros, como Germán Pacheco Díaz, que ni siquiera tienen el apoyo de los propios panistas y al Gerente de la Comapa, Adolfo Cabal Ruiz, le falta trayectoria al interior del partido político y no son pocos los militantes que lo ven con recelo porque consideran que está más cerca del tricolor que de Acción Nacional.
A los ex alcaldes Diego Alonso Hinojosa Aguerrevere y Arturo Elizondo Naranjo la inseguridad los retiró del activismo político y desde hace varios años viven prácticamente en el destierro.
Ante esa situación, la bases blanquiazules ven con pesimismo la sucesión porteña y algunos vuelven la mirada a elementos de la vieja guardia, caso concreto del ex síndico del ayuntamiento, el ex rector del IEST, David Gómez Fuentes, que, además del respaldo con el que cuenta entre los sectores pudientes de la ciudad, goza de las más amplias simpatías tanto dentro como afuera de la agrupación de la derecha.
¿Aceptaría el profesionista disputar la presidencia municipal ahora que tramita su jubilación como directivo universitario?
Decisión difícil.
Durante el proceso de transición del actual gobierno de Tamaulipas Gómez Fuentes fue mencionado entre los probables a los que invitaría el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca para manejar la Secretaría de Educación del Estado o la rectoría de la UAT, pero todas resultaron especulaciones.
Si David no acepta la candidatura de alcalde, uno de los grandes problemas que tendrá que resolver el primer mandatario estatal será escoger al candidato con mayores posibilidades de sacar al PRI del palacio municipal e impedir la reelección de la Maestra Magdalena Peraza Guerra en los próximos comicios locales.
El problema de Magda, en cambio, es, además del creciente antipriismo, el golpe letal que le dieron en días pasados a la terminación de los mercados Hidalgo y Juárez, que parece que se quedarán a medias debido a que, según afirmó el pasado 11 de noviembre la diputada federal Paloma Guillén Vicente, el presupuesto federal del 2017 no incluye ninguna partida para la conclusión de la magna obra, que tendrá, sin lugar a dudas fuertes repercusiones políticas.
Cuando el ahora ex alcalde Gustavo Torres Salinas les doraba la píldora a los locatarios de los centros de abasto para que aceptaran mudarse al mercado temporal en tanto se construían los nuevos inmuebles, les aseguró que estos serían concluidos en tiempo y forma, pensando quizá que el triunfo de Baltasar Hinojosa Ochoa aseguraría el dinero suficiente para cumplir el compromiso, lamentablemente, las cosas salieron al revés y la crisis financiera que sacude al país se ha encargado de hacer el resto y relegar la edificación.
Y si dentro de dos años sacan el PRI pierde la presidencia, la posibilidad de finiquitar el proyecto se complicaría aún más.
Otra mala noticia para los priistas tamaulipecos es que a la lista negra de ex gobernadores corruptos que encabezan el veracruzano Javier Duarte de Ochoa, el chihuahuense César Duarte Jáquez, y el nativo de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, se agregó ayer el del flamante consejero nacional, Egidio Torre Cantú, al que se exhibe de haberse mandado hacer una mega residencia en Nuevo León de 16 millones de dólares, alrededor de unos 320 millones de pesos.
La buena, a medias, es que el ex partido oficial puntea las preferencias electorales en el Estado de México, aunque tomando en cuenta a los posibles aspirantes a la gubernatura, la que está al frente de las simpatías es la panista ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota,con 33 por ciento. El priista mejor colocado es Alfredo del Mazo, con 28 puntos.
A pesar del escándalo de la casa de Malinalco, el ex Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, tiene 9.9, el Secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, 6.6 y el Secretario de Educación, Aurelio Nuño Mayer, que ni siquiera sabe “ler”, sólo el 3.3.
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