“Entre el dolor y la nada…prefiero el dolor” William Faulkner. Poeta estadounidense.
LO CLARO. Antes de concretar acciones que dignifiquen la vida de las comunidades en nuestro país –y en el mundo- es de mayor relevancia garantizar la sustentabilidad de ésta.
El cuidado del equilibrio de la vida; del medio ambiente, es mandato que debe ser atendido con regulación estricta.
Así lo consideran los legisladores locales de cada estado. Caso concreto del Poder Legislativo de Tamaulipas, que impulsan de forma categórica el darle la preminencia que amerita el hacer y vigilar las leyes concernientes.
El Estado de Morelos, es pionero en la materia –en su legislación y observancia por el Poder Ejecutivo-. Para lograr adecuar el bagaje de conocimientos adquiridos por los morelenses, la Junta de Coordinación Política de Tamaulipas hace los convenios con el Poder Ejecutivo Morelense (la Secretaría de Desarrollo Sustentable) y adecuar el marco jurídico que rige a la entidad.
Los procesos de cambio climático; la emisión de contaminantes (CO2) y las posibles soluciones a estos agentes que amenazan la continuidad de la vida, son puntos a dirimir y lograr el intercambio de experiencias.
LO MUY OSCURO. Ahora, con respecto al título.
Engarzados no significaría contraer matrimonio con un regiomontano ‘Garza’. Antes bien, representa la unión de una cosa con otra, formando una cadena.
Datos concretos –principalmente de productos primarios- mantienen activa gran parte de la vida económica de los vecinos del norte.
8 de cada 10 aguacates que se consumen allá, provienen de las regiones del sur de México (recordemos que en TV compartieron que es el guacamole ‘avocado’ uno de los snacks preferidos en las transmisiones deportivas norteamericanas).
Como este producto, los cárnicos de los productores mexicanos de la región de la comarca lagunera; de la huasteca, son el deleite de la dieta sajona.
En contraparte, nuestro país, al igual que España, somos dependientes en la generación de empleos de las grandes cadenas comerciales y de las firmas de renombre.
En ‘la madre patria’, uno de cada siete empleos que solventan las economías domésticas es de origen extranjero. México, aunque no se sustentan las cifras, no sería nada distinto, inclusive haciendo más dependiente la cifra hasta bordear a 1 de cada 5. Walmart, a la cabeza. El origen… EE.UU.
También les ha tocado en suerte a nuestros vecinos –y aun socios NAFTA o TLC- ver con tristeza que al pretender recobrar las plazas laborales para los mismos ‘güeros’, como el caso documentado de la ley anti inmigrantes de Alabama, la recolección de verduras y otros productos del campo que pretendieron se hiciera con los locales americanos, resultó en la pérdida de la cosecha.
Un trabajo… que ni los negros quieren hacer. ¿Se acuerda?
Difícilmente los analistas dan un valor mayor a los comentarios que atribuyen a quien dirigirá a partir del 20 de enero a la nación más poderosa del mundo, en el sentido de ‘desengarzar’ estas economías que son una misma desde su fundación.
Las ciudades fronterizas de los Laredo’s, de Reynosa-McAllen; del Paso-Juárez, no han resentido cambios en su convivir diario, a pesar del sentido incremento cambiario en la moneda y en la poca capacidad de compra con respecto al pasado inmediato.
Ahora, comentan, los americanos ¡viven de este lado! ¡Compran de éste lado! ¡Hacen el gasto acá! Pues les resulta harto benéfico, pagar una consulta médica en 25 dólares, en comparación a los 150 de su ciudad de origen.
A poco se acomodarán las circunstancias y las aguas retornarán a su cauce. No sería conveniente en ninguna condición, que los contratos de explotación de energía, otorgados a americanos en aguas de nuestros mares; en eólico y en gas natural en suelo mexicano, se vieran afectados por un malentendido presidencial.
Ni mucho menos, que los michoacanos dejasen de vender el guacamole del súper tazón y de los estadios de béisbol. O recoger el tomate, que ni los negros levantan…
COLOFÓN. El poeta Faulkner, consideraba que ‘la economía de las caricias’ era determinante para la vida del ser humano. Algo así como “pégame, pero no me dejes”. Así resentiremos el incremento del costo de la vida, al seguir engarzados a la economía americana. Pero más vale eso… que el olvido.
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