CIUDAD VICTORIA, Tamauliaps.- Doña Tota, la empresa familiar que se comió FEMSA, ya no se cuece igual.
Con presencia en más de 60 ciudades del país, las gorditas de doña Tota, podrían convertirse en una leyenda.
El costo de aquella venta alcanzó los 120 millones de dólares, sin contar los establecimientos que se ubican en Texas.
Los clientes asiduos relatan que el sabor de las tradicionales gorditas se ha comercializado al grado de perder el sazón que le caracterizó hasta hace tres años, justo el 2013 antes de su venta a Grupo FEMSA.
«Para mí ya no son iguales los guisos, decían que se hacían aquí, ahora hasta son más chiquitas y en Tigre ya también están perdiendo su originalidad, el otro día pedí unas de queso bañadas y sólo estaban abiertas poquito, como el queso asomándose. Ya no hay gorditas buenas tradicionales de Victoria», dice un cliente.
En el establecimiento de forma extraoficial se argumenta que los guisos siguen igual, pero al exterior se sabe que la empresa ha cambiado y pronto dejarán de ser una tradición.
«Yo veo que atienden menos a los clientes, antes las trabajadoras lo consentían a uno, si no comías en casa ibas ahí y te atendían como en casa, porque siempre vas a las mismas sucursales las que te quedan cerca del trabajo o de la casa y ahora no las veo felices, como antes».
Incluso en esos cambios se perdió la tradicional forma de cobrar con papelitos, ahora cada gordita es marcada con calcomanías de colores en forma de círculos.
Desde el año 2013, fecha cuando FEMSA adquirió a la empresa se planteó como meta llegar a 800 sucursales en cinco años, la cifra avanza pero hacia los empleados la recompensa no llega y no contratan al mismo número de personas. Cuando la nostalgia está en el aire, todo lo de ayer hace mella en la memoria…
«Doña Tota no le vendía las gorditas a las mujeres porque las hacía tan picosas que eran sólo para los hombres o decía que era comida para enfermo sí no las querían picosas. Pero eran otros tiempos, dónde doña Tota estaba acostumbrada a que los hombres no se metían a la cocina y nosotras debíamos saber cocinar», dice otra cliente.
«Sólo hay dos empleadas por sucursal y eso no es buen servicio». Doña Tota inició su negocio cerca de la calle 8, en un terreno del Maestro Noriega, un mecánico. Tapizó su negocio con frases contra las mujeres y era directa al decir que en su negocio no se le servía a las mujeres.
Se dice que cuando llegaban mujeres de la alta sociedad en Victoria les sentenciaba con el dedo índice diciendo: «Sólo está vez les voy a servir, porque ustedes deben ir a atender a sus maridos».
Su negocio arrancó en el año 1957 y es una de las pequeñas y medianas empresas de Victoria que ha logrado conquistar el mercado nacional e internacional con su presencia en Texas.
Pero los victorenses parecen no sentirlo propio…