CIUDAD DE MÉXICO.- Nadie sabe su nombre ni pudo identificar exactamente sus rasgos, en el medio de la noche brumosa y cerrada.Pero fue un niño, de unos diez años, quien guió a los rescatistas por los alrededores del cerro El Gordo, en el departamento colombiano de Antioquia, donde se precipitó el avión que transportaba al equipo de fútbol brasileño Chapecoense.
El misterioso chico llegó al lugar antes que nadie y fue fundamental para rescatar al lateral Alan Ruschel, el primer sobreviviente que fue liberado de entre los hierros y los restos del AVRO RJ-85 de la empresa Lamia. “Cuando estábamos estacionando las camionetas llegó un niño y nos dijo que a los heridos los estaban sacando por otro lado”, contó Sergio Marulanda, uno de los lugareños que colaboró en las tareas de rescate, luego de recibir un llamado de su hermano, un médico de la región.
Los que vieron al chico destacan que solo su apareciencia parecía frágil. Por lo demás, se mostró decidido y vital para colaborar con el rescate de siete heridos: además de Ruschel, los jugadores Helio Hermito Zampier y Jackson Ragnar Follmann, los miembros de la tripulación Ximena Suárez y Erwin Tumiri, el periodista brasileño Rafael Valmorbida Henzel y el arquero Danilo, quien murió en el hospital.
Luego de que se llevaran los cuerpos, nadie volvió a ver a este misterioso e inesperado socorrista.
Con información de tn