5 diciembre, 2025

5 diciembre, 2025

Cuadrante político

Advierten, sobre el arribo del suegro de Gil Zuarth

Cuadrante Político

Después de colaborar en el gobierno veracruzano del prófugo Javier Duarte, el suegro de Roberto Gil Zuarth, acreditado como auténtica ave de las tempestades, se apresta para  tomar posesión como nuevo titular federal de la SCT en Tamaulipas.

En agosto de 2014, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz  Esparza, confirmó a los medios nacionales, que Wiliam David Knigth Bonifacio, en ese entonces delegado federal de la SCT en Veracruz, estaba siendo investigado por  enriquecimiento ilícito, malversación de recursos públicos y opacidad en su declaración patrimonial.

En su momento, el portal de Reporte Índigo, dio a conocer que Knigth Bonifacio adquirió doce propiedades en Texas, por un valor de varios millones de dólares. Fue señalado también por privilegiar con obras a su amigo el constructor, Agustín Aceval. Mientras que, de su paso por el gobierno de Javier Duarte, se habla de la pésima construcción del puente Santa Fe-Tamaca, mismo que se habría derrumbado incluso, antes de su inauguración.

Con este tipo de credenciales, arribará, se dice, próximamente a Tamaulipas, una de las personalidades más controvertidas de la política pública, en el ámbito de la infraestructura de comunicaciones y Transportes.

El «teatrito» de la república
Mientras la república se convulsiona en medio de la pobreza social, la inseguridad, la violencia y la corrupción, los senadores del país, deciden comprar el inmueble donde se firmó la Constitución de 1917, en la suma de 100 millones de pesos.

El argumento es que se esgrime, es que en 2017, la Carta Magna cumplirá cien años, lo que no se dice es que se trata de un centenario, donde lo que menos ha importado, son las leyes; un periodo en el cual, del llamado ogro priísta, pasamos al prianato depredador y cínico que, desde Vicente Fox a la fecha, se alterna con el PRI, para ofrecernos gobiernos gatopardistas, que simulan cambiar, para seguir iguales.

El promotor y padre intelectual de esta transacción comercial, es el polémico senador Emilio Gamboa Patrón, obviamente contando con el aval y el respaldo del panista  Roberto Gil Zuarth, y con la alegre colaboración del senador Pablo Escudero, este último yerno consentido de Manlio Fabio Beltrones.

Es decir, la aristocracia del PRIAN legislativo en pleno, acaban de firmar el compromiso de venta, de un inmueble que bien pudo haber sido expropiado, en aras del interés nacional. Pero se optó por el camino del negocio, cobijados bajo la justificación patriotera, más falsa que una moneda de 15 pesos.

El famoso inmueble queretano, cuya compra con dinero oficial, hoy sirve para que se luzcan los Gamboas y compañía, tiene un origen muy distante de las operaciones  millonarias que hoy se realizan a costillas de su naturaleza histórica.

Su dueña fue una viuda que vivió en la segunda mitad del siglo XVIII, reconocida como  una destacada filántropa, benefactora y altruista. Dicha mujer, perteneciente a la sociedad acaudalada de su tiempo, no logró  tener hijos en su matrimonio, y se dio a la tarea de adoptarlos. En su momento desplegó toda su energía, para proteger a gente desamparada.

Beneficiada por la fortuna, pero desdichada por la vida de no poder realizarse como madre, doña María Josefa Vergara y Hernández, fue beneficiaría primero de la herencia de sus padres, después heredó los bienes de su esposo. Todo ello, lo puso a disposición de conventos e instituciones educativas.
Con su dinero, se construyeron importantes obras de infraestructura y fue la fundadora del Monte de Piedad.

Su última voluntad fue, la creación de un orfanato y una casa para mujeres y hombres, con impedimentos para trabajar. Todos sus bienes, se los hereda al

ayuntamiento de Querétaro, para que sigan sirviendo a los más desprotegidos. Entre estas propiedades, figuraba el Teatro de la república, que, años antes, el mismo municipio había hipotecado con la rica heredera, a cambio de un préstamo, en época de crisis.

O sea sea, el teatro de la República, ya pertenecía al poder público, esa fue la voluntad  de su dueña original, que el inmueble sirviese a las causas
sociales, sin afanes de lucro. Pero hoy, resulta que los nuevos dueños de la fundación, de acuerdo con un grupo de senadores priistas y panistas, que
nunca han dado buena espina, acaban de celebrar el negocio millonario más escandaloso del 2016.

Una operación de más de cien millones de pesos. Están por escriturarle su teatro a la república, cuando todos estos años, los políticos, han convertido, el quehacer repúblicano, en una triste farsa, y en una cueva bipartidista de Ali Peña Nieto… y sus partidos ladrones.

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS