El sábado pasado concluyó el interinato de Aida Zulema Flores Treviño como dirigente del PRI de Tamaulipas y el delegado que el CEN enviaría para dar a conocer la convocatoria que regiría el proceso de elección del nuevo jerarca estatal no apareció y, aunque sea momentáneamente, el partido se ha quedado sin cabeza.
Bajo esas circunstancias, toda acción o medida que el comité directivo emprendiera resultaría violatoria de los estatutos y cualquier militante podría impugnarla y echarla abajo, a menos de que el alto mando nacional haya ampliado discretamente, sin informar de ello a la opinión pública, el período del mando provisional de la reynosense, hasta nuevo aviso.
Cualquiera que fuese el caso, el retraso en el envío del representante del alto mando nacional indica, una de dos, o que para Enrique Ochoa Reza no es prioridad lo que acontece en nuestra entidad o que el proceso de selección del candidato a gobernador del Estado de México lo tiene tan ocupado que no le queda tiempo para atender la falta de liderazgo que tiene a la deriva a los priistas tamaulipecos.
Aunque resulta comprensible que si en el 2017 el tricolor perdiera la gubernatura mexiquense, tierra natal del presidente Enrique Peña Nieto, perdería también la presidencia de la República en el 2018, descalabro político que no sólo dejaría al tricolor en la inopia total, sino en una crisis de la que tardaría décadas en recuperarse, la militancia lamenta que se postergue el cambio.
La verdad es que, siendo realistas, sea quién sea el próximo dirigente estatal del PRI de Tamaulipas, Efraín De León, Alejandro Guevara Cobos o Ramiro Ramos Salinas, poco nada podrá hacer para rescatar al partido de la crisis e inmovilización originadas por la debacle del 5 de junio.
La situación es tan grave que reanimar a las devastadas huestes de militantes, desactivar las pugnas internas en la que se encuentran enfrascados los grupos que se disputan el control de lo que ha quedado del instituto político y acabar con una de las principales causas del desastre que afecta a la agrupación, la cultura del compadrazgo, el amiguismo y el dedazo, sin dinero ni gobernador, parece una misión imposible.
Ayer al mediodía, por cierto, la reunión que, en respuesta a sendas convocatorias de los respectivos coordinadores parlamentarios, sostuvieron en Victoria los diputados locales y federales del ex invencible, hizo pensar que tenía que ver con el relevo estatal, pero no fue así, el motivo del conciliábulo fue empatar las agendas legislativas y definir prioridades de las tareas que unos y otros llevan a cabo en los ámbitos de su competencia.
Al término del evento se informó que entre los asuntos abordados por los representantes populares destacaron los relativos a la importación de autos usados, la ley anticorrupción, la creación de un comité interinstitucional para hacer frente a las eventuales deportaciones masivas anunciadas por Donald Trump y la eliminación del impuesto a la tenencia vehicular.
Tenemos entendido que este último, entre otros temas, lo expusieron los diputados ayer mismo al gobernador durante un encuentro privado en el que se discutió el paquete económico del 2017 que el ejecutivo enviará esta semana al Congreso del Estado para su estudio y aprobación, a más tardar, el 15 de diciembre.
Mientras tanto, el mandatario realizará a partir de mañana una gira denominada “Tamaulipas tiene una nueva luz” por algunos de los principales municipios en los que presidirá los actos de alumbrado de los pinos navideños. Cabeza de Vaca, acompañado de su esposa, Señora Mariana Gómez de García, y las autoridades locales, encenderá, el 7 de diciembre los de Reynosa y Matamoros, el 8 los del Mante y Altamira, el 9 los de Tampico y ciudad Madero, el 10, el de Nuevo Laredo y el 11 rematará con el de ciudad Victoria.
Hablando de otros asuntos, lo que resulta imperdonable es que, no obstante la crítica situación económica y lo urgidos de dinero que se encuentran los municipios del país por los recortes presupuestales, el de Tampico se haya quedado sin el programa de empleo temporal.
La causa, que el gobierno de Gustavo Torres Salinas no realizó las gestiones correspondientes ante las autoridades de la SEDESOL o si no cumplieron con los requisitos exigidos por la medida, no se sabe si por negligencia o irresponsabilidad, que para el caso viene siendo lo mismo.
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