Dice Ramón López Velarde en su poema Suave Patria que “los veneros de petróleo nos los escrituró el Diablo”, pero en esta ocasión parece que la potestad de ese recurso pudiera ser tomada como una bendición. Para Tamaulipas eso no esconde duda alguna.
Y es que ante los esfuerzos del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para evitar que empresas de ese país inviertan o sigan haciéndolo en México, las opciones para reemplazar al belicoso vecino aparecen gracias a la riqueza nacional en hidrocarburos.
La noticia ya le dio la vuelta al mundo. La colosal BHP Billion, manejada por capitales australianos y británicos, pero manejada como un solo corporativo, será la que trabaje en forma asociada con Pemex al ganar la primera licitación para explotar el campo Trion en aguas profundas en el mar territorial mexicano, frente a nuestro Estado.
Como ve, siempre hay alternativas. Antes del dinero mencionado, China también ofreció apoyo a nuestro país, en lo que no es ninguna cruzada humanitaria, sino un gran negocio para todos, pero que demuestra que el mundo no se cierra porque así lo quiera un amargado millonario enojado porque un grupo de vivales paisanos, como se dice en lenguaje coloquial, “le vieron la cara”. De qué, ya se sabe…
Va la segunda
Sucede en todos los ámbitos: Cuando la capacidad escasea, aparecen las ocurrencias. O como se les llama aquí en el norte, las “puntadas”. Y la administración pública no es una excepción.
En Nuevo León empiezan a darse ejemplos de esas circunstancias, con su gobernador Jaime Rodríguez Calderón, mejor conocido por la mayoría como “El Bronco”.
Ya contra la pared por la falta de dinero –aunque hay quienes aseguran que lo que pasa es que no sabe cómo manejarlo– el mandatario fracasó en su intento de crear un reglamento de verificación vehicular que hubiera sido un maná financiero por los millones de vehículos que “pasarían a la báscula”.
No prosperó la medida porque, en palabras de Jaime Rodríguez, “no quisieron pagar mugrosos 400 pesos”. Y ahora va como en el tenis, por el segundo saque.
“El Bronco” se sacó de la manga una iniciativa para cobrar un impuesto especial a los restaurantes y fondas que manejen carnes asadas, con el argumento de que el dinero se destinaría a combatir la contaminación, pero en realidad para aplicarlo en el gasto corriente. El negocio se lo echó abajo el Congreso antes de construirlo al advertir que no pasará la propuesta.
Los nuevoleones se aventaron la puntada de elegirlo. Hoy, él les responde igual…
Los nuevos «Grinch»
Ayer tuve la oportunidad de recorrer en parte la ciudad. Me refiero a Victoria, donde habito junto con mi familia.
Me pareció vivir una edición llevada a la realidad de una de esas historias donde el protagonista es un personaje llamado “El Grinch”, famoso por sus acciones para intentar detener las celebraciones de la Navidad.
No sé lo que sucederá en otras ciudades del Estado, pero en la temporada de mayor luminosidad del año, las casas y las calles capitalinas lucen como en cualquier otro mes. ¿Dónde están los renos, los Santas, las coronas multicolores, las largas estelas de estrellas terrenales que adornaban fachadas de casas y negocios?
Y cuando me atrevo a preguntar el porqué, la respuesta de sus propietarios es casi la misma: no hay dinero.
Vaya. Quienes se llevaron el presupuesto, al parecer también se robaron la Navidad…
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