Cuidado con el Sector Salud.
Después del gremio magisterial –obviamente también en Tamaulipas– el más numeroso del país es el sindicato de trabajadores de ese sector. Y en los últimos años transcurridos, también ha sido el más belicoso.
De una ojeada a lo sucedido en el gobierno de Egidio Torre Cantú y confirmará lo expuesto.
Durante la administración estatal recién concluida, los profesores y trabajadores en general de la educación prácticamente desaparecieron del tinglado político por la sumisión de su dirigencia, que sólo sufrió pequeños sobresaltos internos que nunca pasaron de un simple chipote. Nunca en ese sexenio una escuela o un edificio de esa área fue tomada en Tamaulipas por los mentores para exigir sus derechos.
Frente a eso, las protestas del Sindicato de Salud en el Estado también dejaron numerosos chipotes, pero a diferencia de los maestros, estuvieron a punto de ser, como asienta simbólicamente la voz popular, con “sangre”.
Hospitales, clínicas, centros de salud y hasta la propia sede de la Secretaría, fueron copados con frecuencia por enfermeras, médicos y empleados en general, que en forma reiterada reclamaron bases, sueldos y diversos beneficios. Cuantas veces lo hicieron, metieron en camisas de once varas a las autoridades.
Hoy, una nueva edición de la capacidad de respuesta de ese organismo laboral se muestra sin tapujos para exigir pagos que no se inventaron ayer, sino que son prebendas sindicales históricas.
Ciertamente el Estado sufre los rigores de una sequía financiera sin precedentes que agobia a toda su estructura, incluidos quienes antaño eran la clase privilegiada –secretarios, subsecretarios y directores generales– pero los salarios y prestaciones laborales son un tema que raya en lo sagrado: Simplemente no se pueden tocar ni pedirle al trabajador que espere para recibirlos, como es el caso de los médicos residentes y quienes estudian especialidades aquí, que viven de ese ingreso. O el que reclaman los empleados federales por el pago de bono navideño con vales de despensa en lugar de dinero contante y sonante, como ha sido regla permanente.
Y no se andan con chiquitas: O pagan, o no trabajan, que en otras palabras sería ahora sí, el chipote con sangre.
Por un lado, parece bueno que los problemas que sufre el área de salud estatal no sean originados por epidemias, por carencia de medicamentos o por falta de instalaciones y equipo como ha sucedido en otras ocasiones, pero por otro, podría ser mucho más grave el saldo que ahora está en juego: Quedarse sin médicos.
¡Ups!…
Gran maestro
Vaya jugada magistral de ajedrez nacionalista la que dejó sobre la mesa Andrés Manuel López Obrador en la más cercana entrevista televisiva concedida.
El dirigente de Morena hablaba en esos momentos sobre la necesidad de México de no ceder ante los ataques que se avecinan del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Lo hacía apasionado, como siempre.
De repente, una pregunta le cayó encima al tabasqueño:
¿Lucharía al lado de Peña Nieto con ese objetivo?…
No titubeó Andrés Manuel al responder y por lo tanto sonó sincero: “Lucharía al lado de Peña Nieto para defender la soberanía de México”. Jaque mate.
No es “El Peje” santo de mi devoción, pero casi me dieron ganas de aplaudirle. Si lo hubiera ensayado, no hubiera sido mejor.
Gran jugada, Maestro. Debo reconocerle el grado…
La frase de hoy
“El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad…”
Ludwig van Beethoven/Compositor alemán
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