31 diciembre, 2025

31 diciembre, 2025

Crónica urbana

Cuando un amigo se va..

Crónica urbana

Queda un estado vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo…» Así nos canta Alberto Cortez en las transparencias de la vida. Esta vida que los creyentes conquistamos todos los días.

Nuestro tiempo nos orilla a los arrecifes en un vaivén entre la vida y la muerte. Ayer mi comadre Coco me habla entre lágrimas que Víctor Hugo, su compañero de vida había muerto. Y uno, tan débil ante la esperanza de que el tiempo de existencia lo alargue Dios, flaquea ante el embate de las aguas que nos ponen contra la pared.

Duele perder un amigo, un amigo más que va cercando nuestras vidas. Duele porque la muerte consigna en resumen lo que hicimos en nuestra vida.

Pero el dolor es la riqueza del sentimiento humano porque nos coloca en el abanico de las condiciones humanas desde la belleza, el amor y la amistad.

No escojamos el tiempo para morir pero si el tiempo de vivir. Y la amistad, fructífera amistad, vivió el tiempo necesario para «vivirla», para saborearla con la familia, con sus hijos, con su trabajo de profesor y con sus amigos, esa delicia de pensar y de escribir.

Bien nos canta el poderoso sentimiento de Alberto Cortez.

Que cuando un amigo se va queda un estado vacío.

No lo podemos llenar. Pero si podemos decir que el espacio se prende de luces que las palabras encendidas rodaron con nuestras lágrimas, estas que mojan en silencio su tierra.

Esa tierra brava cultivada en la frontera de Río Bravo, Reynosa.

Descansa en paz amigo, Víctor Hugo López.

Un abrazo para siempre. Un abrazo a Coco, a tu hijo Hugo y a mis queridas ahijadas Violeta y Berenice, que otras tierras lejanas han echado tus semillas…

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