MÉXICO.- Un tribunal de Alkmaar (oeste de Holanda) ha decidido que no se le puede imponer un tratamiento de quimioterapia contra el cáncer a un niño de 12 años. David, el paciente menor de edad, ha sido operado de un tumor cerebral y ha recibido ya la radioterapia. Ahora tendría que pasar a la fase farmacológica para evitar el crecimiento de las células cancerígenas. Él teme los efectos secundarios y prefiere la medicina alternativa.
Después de que un psiquiatra constatara que el chico entiende su situación y es capaz de tomar una decisión razonada, el juez ha fallado a su favor permitiéndole rechazar la quimio.
Los padres de David están divorciados y enfrentados en cuanto al seguimiento de su hijo. El progenitor desea que continúe con la quimioterapia, pero la madre se inclina más por las curas alternativas, fuera del circuito médico clásico. A la vista de la situación, los servicios sociales sacaron al niño de casa y el padre los ha demandado para conseguir que su hijo acepte el tratamiento.
Según el psiquiatra que trató a David, el chico “tiene unas ganas tremendas de vivir aunque también piense en la muerte. Lo que rechaza son las consecuencias de la quimioterapia para su calidad de vida”. En su fallo, el juez “comprende” las dudas y temores del padre. “Pero teniendo en cuenta que el permiso del menor, entre 12 y 15 años, es necesario para proseguir con otros actos médicos, no es posible imponerse a su voluntad”.
Una excepción legal indica que en esa franja de edad también los menores pueden tomar decisiones sobre su futuro médico. Y así ha sido en el caso de David.
Los expertos cifran en un 50% la posibilidad de curación del chico si rechaza la quimioterapia mientras que el tratamiento tradicional aumentaría entre un 75% y un 80% sus posibilidades de supervivencia.
Martine de Vries, pediatra y especialista en ética, ha declarado a la televisión nacional holandesa (NOS) que “la voz de un niño de 12 años es esencial en una situación así”. “En casos de grandes enfermedades el médico trata de que todas las partes implicadas se pongan de acuerdo”.
Las leyes holandesas señalan que entre los 12 y los 15 años los menores deben tomar decisiones junto con sus padres. “Sin embargo, a esa edad los niños que pasan por una situación de enfermedad grave pueden tener una idea clara de lo que ocurre y de sus consecuencias”, según el legislador. “De ahí que su opinión pueda prevalecer, en ocasiones, sobre la de los padres”. Los oncólogos infantiles también recuerdan que un menor enfermo de cáncer madura de forma diferente al resto de los niños de su edad.
Con información de El País.