El Papa Francisco adelantó hoy que cuando se reúna este mes con el presidente estadunidense Donald Trump hablará de paz y le dirá lo que piensa, al asegurar que nunca hace un juicio de una persona sin escucharla.
En un diálogo con los periodistas que lo acompañaron en su viaje de Fátima a Roma, al final de su visita apostólica a Portugal, Francisco anticipó consideraciones sobre la audiencia privada que sostendrá con Trump el próximo 24 de mayo en El Vaticano.
“¿De qué voy a hablar yo, de aquí en adelante, con quien sea? De la paz. En nuestra conversación saldrán las cosas, yo diré lo que pienso, él dirá lo que piensa, pero jamás he querido hacer un juicio sin escuchar a la persona”, señaló.
Ante la pregunta de si cree que podrá “suavizar” a Trump, replicó que ese es un “cálculo político” que no se permite hacer y aclaró que, en el plano religioso, él no es proselitista.
Sobre las diferencias de pensamiento entre los dos en materia de muros, migración y economía, el jerarca de la Iglesia Católica advirtió que “siempre existen puertas que no están cerradas”, por lo cual es importante “buscar las puertas que están un poco abiertas, entrar y hablar sobre las cosas comunes”.
“(Hay que) seguir adelante, paso a paso, la paz es artesanal, se hace cada día. La amistad entre las personas, el conocimiento mutuo, la estima, es artesanal, se hace todos los días”, estableció.
Consideró fundamental el respeto por el otro, el decir la verdad de lo que uno cree, caminando juntos, pero siendo muy sincero con lo que uno piensa.
Relató la anécdota de un encuentro que tuvo antes de embarcarse para Fátima, el viernes pasado al recibir a unos científicos de diversas religiones y uno de ellos, ateo, le solicitó: “dígale a los cristianos que amen más a los musulmanes”, lo que para el pontífice es “un mensaje de paz”.
Durante la conferencia de prensa se refirió a otros temas, reveló que el Vaticano trabaja en un documento para un acuerdo con la Fraternidad San Pío V, cuyos integrantes son también llamados “lefebvristas”, y que actualmente se encuentran fuera de la Iglesia.
Precisó que ese acuerdo no se trata “de un problema de vencedores o vencidos sino”, más bien, de un problema de hermanos, que deben caminar juntos buscando la fórmula para dar pasos adelante.
También dio una larga explicación sobre la situación eclesiástica de las supuestas apariciones de la Virgen en la localidad de Medjugorje, en Bosnia-Herzegovina.
Afirmó que un informe encargado por su antecesor Benedicto XVI sobre el caso pidió seguir investigando sobre las primeras manifestaciones de la Virgen, que habrían ocurrido en 1981, cuando los videntes eran adolescentes.
“Sobre las presuntas apariciones actuales el informe tiene sus dudas. Yo personalmente soy un poco más malo, yo prefiero la Virgen madre y no la Virgen jefa de oficina telegráfica que todos los días envía un mensaje, esta no es la madre de Jesús”, indicó.
“Estas presuntas apariciones no tienen tanto valor, esto lo digo como opinión personal. Quien piensa que la Virgen dice: vengan que mañana a tal hora le diré un mensaje a ese vidente, no (está en lo correcto)”, apuntó.
De todas maneras, reconoció que existe “un hecho pastoral” en el santuario erigido en Medjugorje y dedicado a la Virgen, porque mucha gente va ahí y se convierte, gente que encuentra a Dios y cambia de vida, “no gracias a una varita mágica”.
Explicó que, por eso, decidió mandar a un obispo para que investigue cómo se da este fenómeno pastoral; él confeccionará un reporte y, al final, el Papa “algo dirá”.
Francisco también recordó que hace 25 años, el 13 de mayo de 1992, fue una fecha especial, porque ese día le anunciaron que sería obispo auxiliar de Buenos Aires, Argentina.
“Mientras rezaba ante la Virgen me acordé de eso, hablé con ella, le pedí perdón por todos mis errores y por un poco de mal gusto para elegir a la gente”, apuntó bromeando.
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