5 diciembre, 2025

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Con la ley en mano defienden el ‘túnel verde’

La cuadra del 15 y 16 Zaragoza es un lugar hermoso: un barrio antiguo que sus vecinos han cuidado y con bellas fachadas y una bóveda formada con ramas de ficus, neems y jaboncillos que la CFE pretende podar "por sus pistolas"

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- De lunes a viernes las calles del centro pueden ser un infierno para los automovilistas; llegar a Palacio de Gobierno se puede convertir en una pesadilla pues entre cientos de servidores públicos que buscan arribar a la sede del poder en nuestro estado, más los que laboran en oficinas de los alrededores, provocan un severo congesiontamiento vial.

Escasos lugares de estacionamiento, otros cientos de conductores que por las mañanas y al mediodía acuden a la primaria Leona Vicario o a la Enrique C. Rébsamen, hacen de esta parte del primer cuadro de la ciudad uno de los sitios de mayor tráfico, el mal humor, la prisa, el calor, todo se conjuga para querer salir de la zona lo más rápido posible.

Entre calles angostas, peatones, una gran cantidad de autos, hay un punto que al transitarlo se convierte en un descanso visual, un oasis ante los intensos rayos del sol y el calor, pues se encuentra cubierto por la sombra de 30 árboles, exactamente 15 de cada lado, que generan un aspecto muy singular al sitio y se enmarca con fachadas pintadas de colores llamativos.

Este «lunar» en pleno centro de la ciudad, es de tan sólo una cuadra sobre la calle Zaragoza, a la altura de Manuel González y 5 de Mayo, es decir entre 15 y 16, a unos cuantos metros de llegar a la Alameda del 17.

Despachos, consultorios, un local que era un bar y uno que funge todavía como tal donde se especializan en cerveza artesanal, además de casas habitación, mantienen una constante, sus fachadas de colores llamativos; rosa, morado, amarillo, verde, azul, contrastan con los tonos más sobrios y tenues de las viviendas que le anteceden al sitio y que rematan con una muy reciente construcción en la esquina del 16 Zaragoza, que se ha convertido en el sitio preferido para las selfies, pues tiene de fondo paredes amarillas, rosas y moradas, enmarcadas por cactus órgano, que la convierten en un escenario único en la ciudad.

Vecinos del lugar afirman que la familia Tirado Saldívar tuvo la idea de plantar los árboles que hoy brindan sombra e inclusive producen una sensación de frescura bajo sus largas y delgadas ramas que protegen toda la calle.

«Yo trabajo por aquí desde hace unos treinta años y estos ya eran señores árboles, pero es la misma gente de la cuadra la que los cuida, podemos encontrar ficus, neem y jaboncillo», asegura don José, quien trabaja como velador en una de las viviendas de esta cuadra.

Los vecinos del lugar destacan que en todo el perímetro de la cuadra que comprende las calles 15 y 16, por los costados de Zaragoza y Ocampo, también están plantados árboles, todos a la misma distancia y fueron ubicados por el arquitécto Guillermo Tirado Saldívar, quien es precisamente quien procura mantenerlos con riego permanente y los cuidados debidos.

Lamentablemente la estampa que ofrecen no resulta grata para todos, sobre todo para la Comisión Federal de Electricidad.

Vecinos argumentan que la paraestatal ha intentado en más de una ocasión ir a podar los árboles con el único fin de que éstos no obstruyan el paso de los cables de electrificación, situación que orilló a quienes los sembraron, se asesoraran legalmente para ampararlos del filo de la modernidad.

El amparo procedió, es por ello que la CFE desistió en su intento por destrozar estos árboles que adornan el primer cuadro de la ciudad, aunque es sólo por el momento.

Al día de hoy, sólo los árboles de la calle Zaragoza brindan la sombra y regalan una imagen que no se repite en ningún otro sitio de la ciudad, en algún tiempo lucirán al igual que los que le precedieron, con la amenaza de las empresas dueñas del cableado de acabar con su belleza.

La sensación de estar en otro lugar gracias al follaje de estos árboles y la sombra que proveen, se percibe desde el primer paso que se da en esta cuadra, «se ve muy bonito, sería muy bueno que así fueran todas las cuadras de la ciudad», asegura entre risas el velador del sitio.

Sin duda el ejemplo impuesto por los vecinos de la calle de los 30 árboles, es digno de replicarse en la ciudad, pues no sólo representa un cambio estético que alegra la vista, sino que se convierte en una contribución directa al entorno ecológico de Victoria.

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