MÉXICO.- Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) han descubierto que la ingesta de vitamina K, presente en alimentos de hoja verde como la col, las espinacas, las acelgas o la coliflor, puede servir para reducir el riesgo de cataratas gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
El trabajo, cuyos resultados aparecen publicados en la revista ‘JAMA Ophthalmology’, fue desarrollado en colaboración con investigadores de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere y Virgili de Tarragona.
Entre los mecanismos implicados en la formación de la catarata, una opacidad del cristalino que provoca una disminución de la visión, la oxidación y la inflamación tienen un papel relevante. Y para comprobarlo, se llevó a cabo un estudio que evaluaba la relación entre los alimentos que contienen vitamina K y la aparición de cataratas ya que se sabe que la dieta modula estos procesos.
La investigación, dirigida por los investigadores Mònica Bulló y Jordi Salas, se realizó en cinco mil 860 participantes de entre 60 y 80 años pertenecientes al estudio PREDIMED (Prevención con dieta mediterránea) que fueron seguidos durante casi seis años.
Todos ellos presentaban factores de riesgo cardiovascular y el seguimiento se realizó a través de visitas periódicas durante las cuales se los recogían parámetros de salud y de estilo de vida, incluyendo datos de alimentación. Al final del seguimiento se documentaron un total de 768 cataratas aparecidas durante el estudio.
Tras analizar su dieta, constataron que las personas que consumían más vitamina K tenían menos riesgo de sufrir cataratas, casi un 30 por ciento menos de riesgo en comparación con los individuos que tomaban menos vitamina K.
Los autores reconocen que, aunque este efecto se había observado previamente en ratones, ésta es la primera vez que se describe este beneficio en personas.
Las cataratas se asocian sobre todo al envejecimiento y a determinadas patologías como la diabetes tipo 2. Pero también la obesidad, algunos alimentos o nutrientes, la dieta, el tabaquismo y el alcohol son reconocidos factores de riesgo.
Con información de Excelsior.