CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Ante la falta de empleo en la zona rural, el comercio informal se ha convertido en la salvación de cientos de familias de estas comunidades que han encontrado en la vendimia la forma de vivir y de sacar adelante a su familia, al ofrecer en las calles de Victoria productos del campo, incluso más frescos que en el supermercado.
Martín Guerrero Martínez es conocido por muchos en Victoria, tal vez no por su nombre de pila pero sí por su producto, el cual lo oferta a diario en el 15 Abasolo desde hace más de 30 años, platica que en el comercio ha encontrado una oportunidad de llevar comida a su casa.
Originario de Jaumave y de oficio albañil, al ver que el trabajo escaseaba en aquel municipio buscó la forma de llevar el sustento a su hogar y es así que se le ocurrió vender productos de la región en Victoria.
“Yo pienso que los comerciantes ya nacimos con ese don, muchos lo hacemos por la crisis de que no hay trabajo y no voy a tener a mi familia sin comer porque yo soy albañil y no hay albañilería, sería un error”.
El principal gancho de venta desde entonces fue el chorizo de puerco de Jaumave, el cual vendió durante 20 años de forma ambulante por las calles del centro, hasta encontrar en el 15 Abasolo su punto de venta principal.
Explica que la venta no es mucha, pues vende según la temporada, pero ha salido para sacar adelante a su familia, al punto que tras 30 años existen clientes que aún lo buscan.
“Les inculco a mis hijos que hay que ser bien amables, si usted tiene problemas personales hay que dejarlos en la casa porque si usted me viene a comprar y yo lo trato mal, ya no va a venir”.
“Hay que ser amable, tratar a la gente como es, ofrecer nuestro producto y siempre ser sincero, si es chile piquín darlo, cuando hay, y decir que es de La Marina, porque no es de Jaumave y cuando no es chile piquín hay que decirles que no es, que es de Chiapas”.
Carlos García es otro caso de personas que abandonaron el área rural para buscar en el comercio en Victoria una forma de sobrevivir al no encontrar empleo en el chapoleo, prefirió ahorrar un poco y comprar naranja para revenderla sobre la calle 16.
“Las compramos para revenderlas, aquí estamos hasta que se acaba, todo el día, a veces nos quedamos en la camioneta y otras en casa de un camarada”, explicó el hombre oriundo de la comunidad de Balconcitos,en el municipio de Güémez.
Detalló que tras comprar hasta 700 kilos de naranja y toronja se traslada a Victoria, hasta que logra venderlas, con la esperanza de que se les echen a perder lo menos posible, como la temporada pasada en que tuvo que tirar 6 cajas.
De igual forma, hay quienes vienen desde el centro del país como la familia de Benito, quienes son del estado de México y este año cumplen 5 en venir a ofrecer productos de barro a Victoria. “Las traemos del estado de México, de allá somos, venimos varios de una familia y nos ponemos, tenemos como 5 años viniendo por temporadas”.




