CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Victoria es la quinta ciudad más violenta del mundo, de acuerdo al informe anual del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP) que mide la peligrosidad de las urbes sin tomar en cuenta aquellas que sufren conflictos bélicos. Acapulco ocupa la segunda posición después de Caracas. En tercera y cuarta posición aparecen dos ciudades hondureñas.
Según el documento, 43 de las 50 urbes más violentas del mundo se encuentran en la región de Latinoamérica y el Caribe. El Instituto Igarapé de Brasil se suma a este discurso afirmando que 14 de los 20 países con mayores tasas de homicidios se concentran en esta misma zona. En la región de América Latina y Caribe es donde reside el 8% de la población mundial, pero a la vez, es donde se concentran el 33% de los homicidios.
Lamentablemente, Venezuela es el único país que tiene 4 de sus ciudades entre las primeras 10, siendo Caracas la que encabeza el ranquín con 130,35 homicidios por cada 100.000 habitantes. La ciudad mexicana de Acapulco obtiene la segunda posición con 113,24 homicidios y la tercera es la ciudad de San Pedro Sula en Honduras, con 112,09 homicidios por 100.000 habitantes.
Es verdad que, al leer este tipo de estadísticas uno puede pensar que los datos no son 100% precisos por el simple hecho que muchas veces los datos están desactualizados o las fuentes facilitadas por las instituciones no son del todo fiables. Para concretar este punto, en la investigación del CCSPJP solo ciudades de más de 300.000 habitantes se han incluido en la lista. Además, no se han tenido en cuenta muertes en zonas de combate o lugares con datos no disponibles, por lo que seguro muchas ciudades no aparecerán en la lista.
De acuerdo con Robert Muggah, director de investigaciones del instituto Igarapé, las ciudades latinoamericanas «son las más desiguales del planeta” y según comenta, este puede ser uno de los principales motivos por los cuales predominan en el ranquin.
Mientras las élites nacionales crecen económicamente (no solo empresarios sino también los gobernantes y altos cargos políticos), aún existe un alto porcentaje de población que aún no tienen acceso a servicios básicos como es el agua potable (15% en República Dominicana), la electricidad (18,1% en Nicaragua) o el alcantarillado (39% en Bolivia) favoreciendo la polarización, la fragmentación y el aumento de ciudades elitistas donde las economías pueden (o no) crecer, pero la violencia definitivamente va en alza.