*El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
No es coincidencia que durante el anterior fin de semana tanto PAN como PRD hayan formalizado la posibilidad de aliarse para competir en las elecciones del próximo año. Y aunque ahora lo hicieron por separado es un acuerdo virtual que no extrañaría sobre todo en el partido que encabeza Alejandra Barrales cuya ambición conduce por vergonzantes caminos a una izquierda contaminada especialmente por la influencia de “los chuchos”.
En este sentido bien hace López Obrador en deslindarse de cualquier relación, sabedor de que el PRD construye su propio patíbulo lo cual podría
significar su pronta y expedita desaparición. El éxodo hacia MORENA indica que la Barrales equivoca la táctica para mantener vigencia. Y es que su participación al lado del panismo en Nayarit dibuja su desesperación cuando pareciera que tal partido se deshace entre sus manos que huelen a traición. ¡Órale!.
Sea como fuere la alianza entre PAN y PRD está más anunciada que el fracaso de cualquier reforma implementada por el supremo gobierno contra las mayorías. Usted dirá que esto no se trata propiamente de una “reforma” a la que nos tiene acostumbrados el poder. Y tiene razón, pero bien que se parece cuando es innegable que todo está manejado desde la mera cúpula en vano intento por contener el arribo de AMLO al Palacio Nacional.
El asunto es que PAN y PRD preparan el escenario de lo que sin duda será una aberración política de enormes consecuencias para sus respectivas
militancias. “Si de por si”, como diría mi sagrada abue, hacia el interior es incontenible la confrontación. Los azules por ejemplo están divididos en no menos de cinco grupos que reclaman protagonismo en el proceso presidencial. Y ni modo que sea invento porque no pierden oportunidad de exhibir sus diferencias con singular alegría.
Y se trata de una de esas luchas donde se dan hasta con la cubeta de las cervezas, dicho sea sin alusión a Felipe Calderón y su fama que dicen, mucho tiene de invento y mala leche. ¿Y qué os parece la reaparición de Gustavo Madero y los berridos de Ricardo Anaya?. ¿Y qué tal la sorpresiva boda de Rafael Moreno Valle y el “estate quieta” dictado a Margarita Zavala durante la última reunión que de “secreta” solo tuvo el nombre?.
El PAN supone que podría recobrar la presidencia y está en su derecho, solo que las circunstancias son diferentes al dos mil, su primera vez, cuando a
Fox el propio PRI lo convirtió en fenómeno publicitario. Cierto que podría intentarlo otra vez con el próximo abanderad@ azul pero no con los mismos resultados considerando que el prestigio del supremo gobierno no llega a los dos dígitos y los recursos muy apenas alcanzan para abonar la impunidad y corrupción institucionalizadas desde que el titular del ejecutivo federal determinó que son parte de la cultura mexica. Lo anterior no obsta para que el PRI tolere y aun impulse la señalada alianza PAN-PRD, siempre habrá modo, sobre todo ahora que el sistema todo va contra MORENA y su seguro candidato presidencial.
La pregunta sigue siendo, ¿por qué temen a AMLO?. Elemental, porque su gobierno sería democrático, sin discriminaciones, justo y sustancialmente a favor de la república cuando el PRI y sus aliados siguen viendo hacia el extranjero personificando al Maximiliano del siglo XIX con los ridículos y grotescos emperadores europeos de la actualidad, y en una de esas hasta con Trump, nada más por el gusto de sentirse humillados por este desequilibrado y estúpido republicano. ¡Ay, we!.
¿Cuál violencia?
Ahora sí que los titulares de las instituciones pusieron “el grito en el cielo” al conocer que México está o estaba considerado como el segundo país más violento del mundo-mundial, despuesito de Siria y muy por encima de Irak y Afganistan, naciones que como sabéis libran permanentes guerras.
El informe original del instituto internacional de Estudios Estratégicos de enorme prestigio y con sede en Londres, precisó que durante el año anterior se registraron en nuestro país 23 mil muertes violentas, cifra solo superada por Siria con 50 mil difuntos del mismo carácter.
Por supuesto que el supremo gobierno “se desgarró las vestiduras” (así dicen los clásicos), exigiendo una revisión que permitiera rectificar lo que colocaba a México como el segundo más indeseable del planeta Tierra.
El organismo calificador cuyo prestigio basa precisamente en su exactitud, hubo de recular argumentando haber equivocado la metodología de medición. ¿Será cierto o solo es un pretexto para no dañar los intereses empresariales del gran capital internacional?.¿Acaso fue un triunfo más de la inmaculada corrupción mexica?. Vaya usted a saber.
Sucede que
Por el manejo mediático al último triunfo de México en fútbol, las autoridades pretenden convencer que los mexicanos “ya semos superiores” a los rusos. Y deje, que millones de enajenados, pobres e inseguros, se lo creen…Oiga, ¿la pretensión de la jerarquía católica de que los políticos y gobernantes corruptos sean excomulgados significa que desaparecerán partidos y funcionarios de todos los niveles?. Porque en eso de la honestidad no hay a cuál irle, dicho sea sin ganas de ofender.
Y hasta la próxima.