Más de uno de los que leen estas líneas, se propusieron varias cosas para este 2017. Hacer ejercicio, bajar de peso, acercarse a amigos lejanos, viajar más, recuperar un hobby perdido y, por supuesto, leer más. ¿Cuántos lo han conseguido? ¿Cuántos kilos se han perdido? ¿Cuántos nuevos corredores tenemos? ¿Cuántas millas acumuladas?
El que escribe no estuvo exento de estos objetivos plausibles y someto uno de mis propósitos al escrutinio público haciendo este breve resumen sobre lo que he leído durante este año, buscando despertar el ánimo de quien ha fracasado o llevado a medias su intento. De igual forma, pretendo acrecentar la ambición de quienes van bien.
La física del futuro – Michio Kaku
¿Misiles nanoscópicos que matan células cancerosas de una por una? ¿Desintegración para cruzar paredes? ¿Autoreconstrucción de órganos humanos? ¿Médicos que realizan consultas a distancia con la capacidad de curar desde lejos?. Según el autor toda esta tecnología estará desarrollada para más o menos el año 2100.
Basado en sus investigaciones en distintas universidades alrededor del mundo, Michio Kaku nos da un adelanto de lo que serán las nuevas tecnologías en este siglo y cómo incidirán en campos como la medicina, los negocios o el deporte, por nombrar algunos. Específicamente, en el área de la salud las aplicaciones científicas ayudarán a salvar miles de vidas e incluso a desarrollar curas para enfermedades como la diabetes o el cáncer, cosa hasta hoy no lograda.
Si es usted un fanático de la tecnología, lea esto antes de que lo escrito ahí ya no sea novedad.
Winston Churchill – Piers Brendon
Me obliga a mencionar este libro, el hecho que “lo presumí” el 6 de febrero en mi cuenta de Twitter, pero debo reconocer que es una biografía bastante chafa y el primer (espero el único) libro tomado de la biblioteca de mi abuelo materno que me ha aburrido y no he podido terminar de leer. Lo único cierto de esta obra es que he aplicado a la perfección el apotegma “más tonto es el que regresa un libro”.
Debo decir que mi opinión se basa en que es una biografía contada con poco apego a un método cronológico. El autor está hablando de la infancia de Churchill, nos lleva a un campo de batalla en África y regresa a un episodio en París, todo en menos de 3 páginas.
Creo que, por lo menos, una biografía decente debe narrarse en orden de tiempo pues el autor debe tener en cuenta que puede ser la primera vez que el lector se
adentra en la vida de determinado personaje. No la terminé de leer y si alguien me puede recomendar alguna biografía de Churchill con las características que señalo, lo agradezco de antemano.
El laberinto de la soledad, Postdata y De vuela al laberinto de la soledad – Octavio Paz
En el mes de julio del año pasado, en la librería del Instituto Allende de San Miguel de Allende, Guanajuato, compré una edición del Fondo de Cultura Económica que compila estos 3 ensayos emblemáticos del autor mexicano. Esta adquisición mereció una enriquecedora discusión en un grupo de Whatsapp acerca de si Paz era el escritor más emblemático de nuestro país.
En síntesis, estas obras contienen una descripción bastante razonada de la formación del carácter mexicano conforme han sucedido diversos episodios históricos como la Conquista, el Virreinato, la Independencia, la Revolución, entre otros. Y no me refiero al término “carácter mexicano” de luchones, bromistas o “valemadristas”, no. Hablo de los aspectos negativos de la mexicanidad: lo flojos, lo traicioneros, lo egoístas, lo clasistas, lo tímidos, lo poco productivos,
lo chingativos. Una negatividad realista.
Destaco la reflexión de Octavio Paz que “postié” el 23 de marzo en la red social del pajarito “La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de la victoria nos conmueve la entereza ante la adversidad”. Una afirmación que encierra una gran verdad: nos gusta estar mal para ser las víctimas.
Una historia oral de la infamia – John Gibler
Durante mucho tiempo sostuve con vehemencia que los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, fue un hecho si bien grave, mal utilizado políticamente para debilitar (aún más) al presidente Enrique Peña Nieto. Conforme fueron pasando los meses de este lamentable hecho y los sentimientos paternales floreciendo dentro de mí, mi percepción se modificó sustancialmente. Decidí que debía tener algunos elementos objetivos para sostenter una postura ante esta tragedia. ¿Qué leer? Apareció ante mí el libro del que hablo.
La historia es narrada por los sobrevivientes a través de entrevistas. Resulta que los “ayotzinapos” salieron a Iguala para realizar su acto vandálico anual. “Se robaban” camiones para asistir a manifestaciones en la CDMX y los regresaban como los recibieron, una vez que concluían los mitines. Sin embargo, esa ocasión la policía local buscaba hacer valer la ley, pero de una forma muy “setentera”. La policía municipal los baleó, golpeó y, lamentablemente, desapareció, con la complicidad omisiva de la Policía Federal y la actuación tardía del Ejército mexicano.
Es una obra que es necesario leer para entender, primero, que estos muchachos no eran delincuentes de grave peligro y que hay bastantes elementos para considerar que cualquier confusión con verdaderos criminales pudo haberse resuelto, como dijo Fox, en 15 minutos. Y segundo, para comprender la ineptitud de funcionarios sin rostro que no han sabido darle una solución decorosa a este asunto.
Believer: My forty years in politics – David Axelrod
David Axelrod (no Bobby el de Billions) es el principal asesor de comunicación política de Barack Obama. Nos cuenta un poco su historia como periodista y su cambio radical al otro lado del escritorio. El resto es la narración de cómo contribuyó a la construcción del proyecto de uno de los políticos más aplaudidos de los últimos tiempos en todo el mundo. Aún no lo termino, por lo que un resumen más extenso será incluído en el resumen del segundo semestre.
¿Ustedes cómo van con sus lecturas?
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