+ PAN, PRI y PRD, hacen causa común + Conforman un frente anti-AMLO
+ Cabeza de Vaca, le faltan operadores + El Verde, empieza a pintarse de azul
El llamado frente amplio opositor convocado por el PAN y el PRD, dizque para sacar al PRI de los Pinos, parece más bien un bloque para impedir, junto con el tricolor, cualquier cambio no alineado al neoliberalismo y a la privatización de la función pública, como es el representado por el proyecto alternativo de nación enarbolado por MORENA y Andrés Manuel López Obrador.
El ex panista Vicente Fox Quesada llegó al gobierno con la bandera del cambio, sin embargo, a la hora de gobernar, la promesa resultó una engañifa porque, como vaticinara el desaparecido Carlos Castillo Peraza, lo que llegó a los Pinos en el año 2000 no fue realmente el Partido Acción Nacional, sino un PRI de color azul.
Una historia similar a la que escribió en su momento el presidente Felipe Calderón Hinojosa. El michoacano tampoco podía cambiar las cosas, como ofreciera en campaña, por una poderosa razón, llegó al gobierno gracias a la ayuda de los priistas, incluso de algunos gobernadores, como el tamaulipeco Eugenio Hernández Flores, que traicionaron al partido para impedir el triunfo de AMLO.
El Partido de la Revolución Democrática, que durante más de dos décadas ofreció a los ciudadanos una opción distinta a las propuestas por el PRI y el PAN para acceder al poder del gobierno, renunció a ella sin llegar a la presidencia, en parte por frustración, pero también por conveniencia y necesidad.
Primero se alió al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y al PRI para, a través del Pacto por México, ayudar al régimen a aprobar las reformas constitucionales exigidas por el neoliberalismo y luego, ya sin recato de ninguna índole, tiró al cesto de la basura la bandera de la izquierda con la que nació a la vida pública para unirse a su principal adversario ideológico, el partido blanquiazul.
Se le olvidó demasiado pronto lo que le hicieron los panistas en la sucesión presidencial del 2006.
PECAN DE INGENUOS
Los que pecan de ingenuos o de cómplices son los jerarcas del PAN. Si creen que el Revolucionario Institucional les entregará la estafeta en los comicios presidenciales del 2018, se equivocan, les va a hacer lo mismo que les hizo en la disputa de la gubernatura del Estado de Coahuila.
Los estrategas priistas comprobaron en el Estado de México que la maquinaria que los mantiene en el poder, a pesar del descontento y rechazo
social, es capaz de derrotar al hartazgo y en la elección del sucesor del nativo de Atlacomulco seguramente van a utilizarla para seguir al frente del país por otro sexenio.
Da la impresión de que el deseo de mantenerse en el gobierno a como dé lugar y cueste lo que cueste, los ha obnubilado a tal grado que han hecho suya aquella frase del fundador de la CTM, Fidel Velázquez Sánchez, que sentenciaba que “a balazos el PRI llegó al poder y sólo a balazos nos van a sacar, no con votos”, que, de convertirse en realidad llevaría a México al desastre, porque, como la experiencia advierte, cuando se cierran las puertas de la ley se abren las de la violencia.
Pero parece que eso no les importa a militantes del PAN, como Felipe Calderón. Los amagos de que si Margarita Zavala no es la candidata presidencial, abandonarían al partido, anticipa que el ex presidente está determinado bien a gobernar otra vez al país, como lo hizo durante su gestión, de común acuerdo con los priistas, ahora a través de esposa o, si esto no se puede, a dividir entonces a los panistas para facilitarle el triunfo al ex invencible.
Mientras tanto, en Tamaulipas el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca está batallando más de lo que seguramente imaginaba para hacer sentir los vientos de cambio que ofreció a los electores. La falta de operadores políticos de alto nivel, entre otras razones, ha impedido al mandatario tamaulipeco avanzar en el renglón con la celeridad que exige la sociedad.
A nueve meses de haber asumido el cargo, el funcionario no ha logrado concretar aún las acciones emprendidas para poner orden al desbarajuste que le dejó su antecesor en todas las áreas del quehacer público, empezando por las financiera y de seguridad pública.
Ya retiró los taxis piratas en la frontera, cerró los casinos y realizó una limpia en la Procuraduría de Justicia, pero hace falta mucho más, para que los ciudadanos perciban en forma tangible los beneficios que ha traído el nuevo régimen y palpen la diferencia con el del ex gobernador Egidio Torre Cantú.
Y las cosas podrían complicársele todavía más el año que viene, cuando tendrá que desprenderse de varios colaboradores clave del gabinete, casos concretos del Secretario General de Gobierno, César Verástegui Ostos, y del titular de la de Bienestar Social, Gerardo Peña Flores, entre otros, para extender su poder político a los escaños y curules del Congreso de la Unión.
FORMULA POLÍTICA
¿Cómo le hará para llenar los huecos del equipo de trabajo? Quizá se verá obligado a poner en práctica la fórmula a la que el ex gobernador Tomás Yárrington Ruvalcaba recurría a la hora de designar auxiliares eficaces, cuando la lista de los cuates ya no le alcanzaba, “hacer amigos a los inteligentes, que inteligentes a los amigos”, no le queda de otra.
El ahora ex Secretario de Desarrollo Rural, Gonzalo Alemán Migliolo, es una chucha cuerera, lamentablemente, no era de las confianzas del Jefe del Ejecutivo y cuando las fricciones entre el ex alcalde de Aldama y el Coordinador Técnico de la institución, Ariel Longoria García, empezaron a entorpecer el quehacer gubernamental, no tuvo más alternativa que optar por su amigo, a pesar de que este no tiene el colmillo ni las habilidades políticas de su antecesor.
Como se vislumbraba, por otra parte, los representantes del Partido Verde Ecologista de Tamaulipas han empezado a dar color. Aunque en la pelea por la presidencia de la República del año que viene no participarán aliados con el PRI, como lo hicieron en el 2012, en la disputa de alcaldías de nuestra entidad la camiseta que llevan puesta ya luce un tinte albiceleste.
Por lo menos así lo puso de relieve el encuentro que el diputado ecologista Humberto Rangel Vallejo sostuvo el jueves en Matamoros con Cabeza de Vaca y el Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Carlos Alberto García González, esto durante una jornada asistencial que el sistema DIF realizó ese día en el puerto de la frontera.
Además, para que no quedara duda acerca de la interpretación y significado del acercamiento, cuando el gobernador hizo uso de la palabra llamó amigo y aliado al legislador del Partido del Tucán.
Al que no debe de haberle gustado el sucedido es al Delegado Federal de la Semarnat en el Estado, Jesús González Macías, el aún hombre fuerte del Verde, quien, como es del dominio público, libra un intenso forcejeo por el control de la agrupación con el legislador matamorense, que todo indica que perderá.
¿La causa? Que así como JGM fue un elemento cercano a Egidio, ahora que el PRI ya no gobierna a la entidad, Rangel Vallejo podría ser el nuevo mandamás de la organización política.
Los jerarcas priistas tendrán que ir tomando las providencias del caso pues, ante la inminente separación del PVEM de la alianza sucesoria, no les
quedaría más remedio que jugársela con el Partido Nueva Alianza, el partido del magisterio, que, bajo esas circunstancias, parece que será también al que se encargaría de apuntalar la eventual reelección de la alcaldesa Magdalena Peraza Guerra, quien llegó al gobierno de la ciudad con las siglas del Verde, si es que, como se afirma, la Maestra está decidida a seguir al frente del ayuntamiento por otros tres años.
PASARELA DE PRIISTAS
Ahora, sin embargo, los dirigentes del priismo tienen puesta la atención en dos asuntos, la asamblea nacional y la elección del nuevo presidente estatal.
La pasarela de aspirantes al cargo que dejó vacante Rafael González Benavides por el sólido sur continúa adelante. Tras la visita a la zona de Oscar Luebbert Gutiérrez, el favorito, a pesar de las denuncias procedentes de Italia, le siguieron el fin de semana las de Sergio Guajardo Maldonado, este apoyado por Egidio y Lupita Flores, y Juan Alonso Camarillo.
Como el mencionado en primer término, los segundo y tercero sostuvieron el sábado, por separado, reuniones con algunos delegados y militantes emblemáticos para promocionar sus aspiraciones. Una vez que cuenten con el registro, recorrerán de nueva cuenta el Estado para pedir el voto.
Camarillo es de la idea de que para fortalecer la unidad partidista, todos los aspirantes deberían de recorrer juntos los 43 municipios y luego dejar en libertad a los delegados para que estos resuelvan cuál de los interesados es el idóneo para guiar el destino de las huestes priistas durante el proceso de renovación de los poderes ejecutivo y legislativo de la federación que están en puerta.
Ya que hablamos del sólido sur, las encuestas más recientes aseguran que como resultado del intenso trabajo, los índices de popularidad de la alcaldesa de Altamira, Alma Laura Amparan Cruz, se han disparado y los simpatizantes de la presidente municipal confían en que al concluir el 2017 habrán llegado al punto máximo, precisamente cuando la funcionaria decidirá si busca la reelección.
Igual que Magda Peraza en el puerto, la jefa edilicia altamirense es la puntera de las preferencias ciudadanas en el municipio que gobierna.
Para poner punto final, la noticia que causó sorpresa en las mesas de café fue la designación de la abogada Hilda Margarita Gómez Gómez como Coordinadora de Asesores del gobernador en la región. Tras permanecer varios años alejada de los actos públicos, la controvertida ex dirigente del comité directivo municipal del PAN de Tampico se ha reconectado a la nómina del gobierno.
Aunque quizá no es el caso, no hay que olvidar, sin embargo, que en la política mexicana el cargo de asesor a menudo se utiliza, bien para encubrir
la renuncia o cese de un funcionario o una “aviaduría”.
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