11 diciembre, 2025

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¿Se te antoja un rapidín?

Una humilde licuadora operada por Doña Rebe hace 30 años, dio inicio a una de las tradiciones más ricas en el Mercado Argüelles: los licuados de 'El Rapidín'

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Una de las delicias que se pueden encontrar en el Mercado Argüelles son los tradicionales licuados, que desde hace más de 30 años ya son un punto de referencia para los victorenses y turistas.

Uno de los negocios con mayor presencia en el mercado es “El rapidín”, el cual fue inaugurado hace más de tres décadas por una mujer emprendedora, visionaria, con deseos de salir adelante y muchas de trabajar, doña Rebeca Almaraz, «doña Rebe», como la llamaban con cariño sus clientes.

“Ella lo inició solita, en un pequeño espacio, empezó con una sola licuadora y hacía sólo licuados de plátano”, platicó uno de los propietarios del lugar, quien junto a su familia trabajan en el local hace diez años.

Los licuados del mercado no sólo han sido una tradición para Ciudad Victoria, sino también para la familia de doña Rebe, pues ya son cuatro las generaciones que han trabajado en el negocio.

“Ya son cuatro las generaciones que han estado aquí y ahora afortunadamente estamos nosotros y los que faltan porque ya empiezan también a venir nuestros hijos”, comentó.

La receta de doña Rebe fue infalible, para ella y luego para sus hijos: “Estar en el negocio”.

“Para la señora era prioridad atender su local, estar siempre presente y sobretodo tener productos de calidad y estás enseñanzas las transmitió de generación en generación”, destacó.

Con el paso del tiempo “El Rapidín” ha ampliado su menú, ahora también hay jugos, postres, café, las combinaciones de los licuados han variado, ya son más de cien las opciones de bebidas, todo con el objetivo de mantenerse renovados para su clientela.

“El favorito de los clientes es el licuado de fresa y de las combinaciones, el más solicitado es ‘El levanta muertos’. Para nosotros lo más importante es la calidad que manejamos, todos los ingredientes que metemos son frescos, por ejemplo la fresa me la traen de Irapuato, de primera calidad”, apuntó.

Y así lo confirman sus clientes frecuentes, que a diario acuden al mercado por su licuado, algunos incluso van hasta dos veces por día.

“Don Alfredo viene desde hace más de diez años y todos los días le preparan su licuado especial, uno de papaya con dos huevos, según el señor le da la fuerza y vitalidad para iniciar su día. Luego cuando sale a comer se viene y se echa otra vuelta”, platicó el encargado.

“Él (don Alfredo) es uno de los clientes que recuerdo, pero hay muchos que son frecuentes y lo que sorprende es el paso del tiempo porque luego te acuerdas cuando venían de niños y ahora ya vienen con familia o algunos que fallecieron, siguen viniendo sus viudas o sus hijos como una tradición que comparten de generación en generación”, agregó.

Y aunque desafortunadamente la pionera de este negocio falleció hace cuatro años a la edad de 94 años, definitivamente el legado que dejó doña Rebe seguirá pasado de generación en generación y el cariño de su clientela estará siempre presente.

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