Los recortes presupuestales eliminan el exceso de grasa y disminuye la sudoración familiar.
Los recortes afinan la cintura y equilibran la hambruna diaria.
Son los tiempos de pedir prestado y dar las nalgas al mejor impostor.
Porque la canasta básica esta con los güevos, las tortillas y los frijoles hasta el cielo.
Si el pueblo jodido, saqueado por los ricos, y quiero decir los millonarios sexenales disfrutara un poquito del aroma de los billetes verdes mal habidos tendría la posibilidad de relajarse con su baño en la azotea como aquel anuncio de TV «de Acapulco en la azotea».
Y es que los «recortes» que eran para los perros de carnicería hoy son recortes al bolsillo familiar.
Muy simple: Una pesera, 10 bolas, 1 kilo de tortillas, 17 bolas. 1 litro de leche, 17 bolas. 1 kilo de frijol negro, 27 bolas, Chile Piquín, 1 cuarto, 150 bolas, 222 bolas, Si?
Cómo puede pensar que un obrero, empleado, y hasta profesionista medio, puede vivir así? y faltan los güevos de patio pintados.
No, la Patria está de la chingada y Don Duarte y su pandilla desde el Presidente y sus socavones, los exgobers se han encargado de socavar la justicia de un pueblo.
Esto está de la chingada. Acapulco en la azotea para el famélico obrero, el desahuciado empleado.
No alcanza ni para morir en paz. Las pompas funerarias están tan costosas como las «pompis». Porque tampoco nadie las da gratis. Las nalgas, que prosperan son las inteligentes. Igual que la reata que se ha vuelto costosa.
Y en política, nalgas y reatas van de la mano. A poco usted cree en la preparación e inteligencia en este país para progresar?
No, amigo, amiga, la reata y la nalga cuentan…




