CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Para algunos niños tener acceso a la educación es un privilegio, la falta de recursos económicos provoca que sus sueños tengan que adecuarse a las posibilidades familiares.
Así es el caso de Estefany Guadalupe Torres Mendoza, quien a sus 11 años ha tenido que acoplarse a las posibilidades económicas de su familia.
“Estoy orgullosa de ella porque con mi trabajo yo me desvelo y luego ando apurada, aunque yo no la ponga y no le pueda dar un extra ella siempre está leyendo libros, jugando a la tiendita, haciendo sus tareas, por eso es mi orgullo porque yo veo en ella todo su esfuerzo y las ganas de salir adelante”, externo la mamá de Estefany, Daniela Mendoza Álvarez.
La señora trabaja por las noches en un hospital, en el día corta cabello, hace los quehaceres diarios del hogar, atiende a Estefany y a sus dos hermanitos, hace un esfuerzo extraordinario para brindar todas las posibilidades educativas a sus hijos.
“Ahorita sí estoy viendo porque ya son dos (hijos) que me van a la secundaria y pues mi trabajo no es suficiente para darles todos los gastos, mi esposo también aporta, pero no es suficiente, así que tenemos que apretar los gastos para estas fechas”, mencionó.
Y Estefany ha sabido corresponder al esfuerzo de sus padres con excelencia académica, terminó sexto año en la Escuela Primaria Profr. Herminio Guzmán Castillo con promedio de 9.6 y anhela llegar a ser maestra de primaria, para ser parte de la formación educativa de niños.
Como su maestro Edgardo lo fue para ella “desde primero nos dio clases y siempre fue muy amable y cariñoso”.
“Desde primero siempre fue bien inteligente y yo sé que se merece todo, pero no siempre se puede, ahorita por ejemplo ella quería estudiar en la Secundaria 1, le digo ‘te lo mereces pero no puedo’”, platicó la señora Daniela.
A lo primero que Estefany se vio forzada a renunciar fue a estudiar en la Secundaria 1, pues en su colonia no hay acceso al transporte público para trasladarse a la escuela.
“De mi casa tendríamos que caminar todo lo que no está pavimentado, más dos cuadras, pero a las seis de la mañana no me animaría a andar con ella así como está la situación aquí ahorita, por eso le digo ‘no mami mejor en la tres’, hay un micro que se mete a la colonia y recoge a todos los niños aquí, el micro pasa en la esquina de mi casa y los deja a una cuadra de la escuela”, explicó la señora Daniela.
Otra cosa a la que también debe renunciar, pese a ser una niña de excelencia académica, es a tomar un curso de verano o campamento, pues en estos meses “hay que apretar el gasto para completar las inscripciones”, así que en vacaciones Estefany se las ingenia para armar sus propios juegos de verano y aprovecha para ayudar a sus hermanos, de 13 y ocho años, a ponerse al corriente en la escuela.
