Uno de los grandes momentos contemporáneos sobre el aliento cultural en nuestro estado lo vivimos con la incorporación del maestro Sergio Cárdenas Tamez al trabajo cultural de Tamaulipas en la pasada administracion.
Poco nos duró el gusto porque las Chicas del 17 se encargaron de sepultar la labor de Sergio Cárdenas por consolidar un Festival de categoría nacional e internacional saboteando su trabajo. El maestro Cárdenas emigró. Al final, las buchacas engrosaron a un solo lado. ¿Con qué autoridad exigir?
Hemos sufrido la calamidad de los patronatos integrados en el mandil y la usura de una pequeña burguesía de cultura de hortaliza y repostería. Pero de uñas largas, que en resumidas cuentas se llevaron el futuro correspondiente de los artistas, escritores, y ahora la pregunta es: ¿Dónde están los resultados?
Cómo exigir cuando el desastre de la zafra fue a dar a los bolsillos de unos cuantos.
Desde los alentadores cursos que se dieron en el antiguo loby de la entonces Universidad de Tamaulipas en 1958, casi 60 años atrás y que dieron origen en el gobierno del Dr. Norberto Treviño Zapata al nacimiento de la Casa del Arte y en administraciones posteriores al Instituto Tamaulipeco de Bellas Artes, y las nomenclaturas sucesivas no ha existido jornada más emotiva por llevar el arte y la cultura a todas las capas sociales en una entrega de maestros de arte y comunidad.
La cultura es un arte, el arte de vivir, la inteligencia y la creación.
Convoquemos con la gente que hace cultura. Los artistas, los creadores, ante la adversidad seremos mejores. Creo en el talento, en la fuerza de la inteligencia.
En el potencial de un grupo de artistas que maduran desde ahora un futuro enriquecedor para Tamaulipas y México. Decía Cesare Pavese, «Se requieren huevos duros. Que no es otra cosa que el Ojo Olímpico…» Exigir con nuestro trabajo, es el arma. No tenemos otros argumentos. Pintar, escribir, esculpir, cantar, danzar, soñar al fin, es nuestra tarea. Sueños tangibles y reales. Soñar sí cuesta, seamos gestores de un nuevo sueño. Y no es nada fácil.




