16 diciembre, 2025

16 diciembre, 2025

Crónica urbana

El afecto de una madre

Crónica Urbana

Creo, y estoy seguro, que los afectos son como el segundero de un reloj cuyos latidos minuto a minuto nos hacen sentir el corazón de una madre que irradia el amor.

Y su generosidad al paso de los años. Entonces se ama al barrio.

Y su entorno solidario, se comparte la gratitud, la gracia de una mujer que como dijo una de su sobrinas: «Mi tía fue una guerrera, un ejemplo de amor y de fe».

Doña Rosario Álvarez Salinas, nacida en Cruz y el Carmen, dejó de existir la noche del domingo, en su hogar, en el  centro de nuestra ciudad.

He dicho irradia porque su generosidad y su fe compartida con sus vecinos que para los tiempos de intolerancia en que vivimos, era un resguardo de vida y esperanza en  los seres humanos.

Es la convivencia del barrio, espacios ya perdidos en una ciudad que ha perdido la conciencia solidaria y la confianza en el prójimo.

Doña Chayo  fue una mujer valiosa que trabajó duro para mantener a sus hijos para la escuela para la vida.  A sus 93 años, esta amorosa madre formó a sus hijos con una entereza de existencia. Nuestra calle antigua, deja ahora a dos mujeres de avanzada edad: la maestra Chelito Mansilla, de  97 años y la maestra Rode Rueda, de 95 años. Mujeres de trabajo, de una existencia de servicio, de una entrega a sus semejantes.

Sentimos la ausencia de doña Chayito donde encontramos siempre la palabra amiga. La belleza de su memoria, su mano
de fe en nuestra frente.

La ciudad tiene otro rostro. Personas como doña Chayito ya casi se extinguen.

Hemos olvidado la Cruz de nuestra parroquia, en la anarquía y las vanidades del mundo moderno. Por eso los afectos son un cultivo de casa. Una educación familiar que inspira respeto y amor por el prójimo en tiempos en que todo se compra menos el amor sincero de una madre… Adiós doña Chayito.

Te extrañaremos.

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