“Esos ya están seguros, esos jalan contigo por indicaciones mías”, se escuchó la voz del patrón, desde los jardines residenciales de la avenida Santa Bárbara, en el municipio más acaudalado del país, San Pedro Garza García.
El Checo Guajardo se sintió satisfecho: estaba arropado por el pasado inmediato, mismo que le acababa de prometer el apoyo incondicional de 180 delegados, con los cuales, buscaría aplastar todo asomo de competencia interna. Pero además, desde el centro del país, tenía la luz verde de Enrique Ochoa Reza, para lanzarse a la segura a una contienda de antemano arreglada.
-Así de esa manera, sí renuncio, dijo el ahora ex titular de SEDATU, una dependencia federal, que literalmente sufrió el desmantelamiento operativo y político, y que en estos momentos es un simple cascarón, un enclave hueco, administrada en su agonía sexenal, por el ex presidente del PRI Porteño, Sergio Villarreal Brictson.
-Yo ya te eche la mano, le dijo la misma voz mostachona, pero allá en Tamaulipas cuentas con todo el apoyo, para que nadie te haga sombra. A Luebbert no lo quieren los del poder, y le van a cerrar el paso. Tu, mi checo no te preocupes, vas a ser el próximo líder del PRI, y una vez que arribes a la cúpula, de inmediato nos daremos a la tarea de entrevistarnos con los aspirantes a cargos de elección, para que le entren a la coperacha.
Guajardo Maldonado se amarró el pañuelo al cuello, y le dijo a sus más cercanos que le consiguiesen un sombrero, para recorrer el Tamaulipas rural, y
convencer a la campesinada, todo claro está, con arreglo a un guión trazado de antemano. Dicen que al Checo Guajardo, le gusta mucho el campo… pero el campo de golf.
El Checo sabe que en las principales ciudades de la entidad, el priísmo urbano lo rechaza en automático, pues lo relacionan con el reciente sexenio egidista. Por eso ha escogido los parajes rurales, en los cuales puede lucirse, con algunos grupos agrarios, previamente pactados.
En los grandes centros urbanos, va a recurrir a las reuniones en los restaurantes y hoteles de cinco estrellas, reuniones cerradas, alejadas de todo asomo democrático. Se sabe que ya le han entregado alguna lana por los rumbos del palacio, y que, trae todo el apoyo del prianato, para llegar, sin problema alguno.
Ya tiene preparado también su discurso: un rollo que buscará convencer a quienes lo escuchen, de que no trae mayores ambiciones políticas que las de buscar la unidad de su partido, obviamente eso no es cierto, pues Sergio Guajardo, pretende controlar las delegaciones federales y hacer grilla, de aquí al 2018, para promover a Egidio al Senado, o bien el mismo, trabajar en pos de un escaño en la cámara alta o en la de diputados.
Las delegaciones federales, como se sabe, son dependencias que actualmente están operando cada una por su lado. No hay unidad alguna entre ellas, ni mucho menos sentido partidista. Cada uno de sus titulares, está trabajando para su propio provecho, y les vale Wilson cualquier otra situación o coyuntura ajena a su función. Las consecuencias no se hacen esperar: en Tamaulipas, el PRI de la gestión y el trámite, vive desdibujado y a la deriva.
Los priístas, no tienen quien los cobije. La esperanza de que alguien hiciera algo por ellos, se cifraba en Luebbert, pero el arribo de Checo, se dice, los terminará de hundir.
Sigue la pavimentación de calles, con Almaraz
Mientras tanto aquí en la capital, el alcalde Óscar Almaraz dio instrucciones para que las máquinas Caterpillar se trasladaran a diversos rumbos de la ciudad, entre ellas la colonia López Mateos, para terminar con rezagos históricos, como la pavimentación de la calle Mariano Escobedo, así como también en la calle 16, en el cruce de Sierra de San Carlos y avenida Sulaimán.
Mientras tanto, desde su twitter, el titular de Comapa, Gustavo Rivera publicó eventos de trabajo donde acompaña al alcalde Almaraz, tales como el de las colonias Satélite y Sierra Ventana.
POSDATA: El líder de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, sigue a la cabeza de las encuestas en el país. Todo lo anterior, a menos de un año de que se celebren las elecciones presidenciales. El PAN se encuentra frente a un posible desgarramiento interno, en la elección de su candidatura. El PRI peñista de cara a su XXII asamblea, donde va a arder Troya. En el PRD la única esperanza de triunfo es aliarse con el PAN lo cual es una posibilidad cada vez más lejana.
Pero aún así, hay quienes afirman que le cerrarán el paso a Obrador, de nueva cuenta. Nada está escrito en la política. Pero si mañana fuesen las elecciones del 2018, el Peje ganaría.




