Primero fue Rafael Moreno Valle y luego Margarita Zavala, ayer le tocó al tercero de los aspirantes del PAN a la candidatura por la Presidencia de la República estar en Tamaulipas, Ricardo Anaya Cortés, aunque lo hizo en su calidad de dirigente nacional blanquiazul.
Así es mis queridos boes, Anaya Cortés, le dicen ‘El Joven Maravilla’, recibió alfombra roja y caravana de los panistas cuerudos, igual que en su momento Moreno Valle y caso contrario a la frialdad con la que llegó y se fue la ex primera dama a su paso por estas tierras.
Inocente quién piense que Anaya no tiene posibilidades de llegar a la candidatura, luego de que las dos últimas elecciones ha ganado más gubernaturas para su partido que en cualquier otro tiempo; está por conseguir que el Trife invalide la elección de Coahuila y a quien pongan de candidato y más si repiten sería casi un hecho que el chamaco se agenciaría un gobierno estatal más.
El caso es que ayer acá en Victoria se le dieron todas las atenciones entre los panistas y desde el grupo en el poder.
Muy temprano almorzó en Casa Tamaulipas (antes se llamaba Casa de Gobierno) donde lógicamente el anfitrión fue el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, para luego reunirse en el Casino Victorense con la clase política blanquiazul y fue ahí donde correspondió a las atenciones con el espaldarazo al gobierno de los vientos del cambio.
Le preguntaron cómo veía al gobierno de Cabeza de Vaca y claro que no titubeó al responder en favor del gober a quien hasta puso como ejemplo nacional:
“Opino que está haciendo un muy buen trabajo (El Gobernador García Cabeza de Vaca) él fue muy claro durante la campaña, los problemas de Tamaulipas son problemas muy profundos que no se resuelven de la noche a la mañana pero no tengan ninguna duda, el estado va en la dirección correcta y el gobernador cuenta con todo el apoyo y todo el respaldo del Comité Ejecutivo Nacional del PAN”, dijo.
“Tamaulipas es el único estado del país donde un candidato obtuvo más del 50 por ciento de los votos, es ejemplo a nivel nacional, con el ejemplo de solidaridad del PAN, estoy convencido que tendremos un 2018 triunfador, exitoso, de buenos resultados, no sólo para el partido sino para la gente, la gente de Tamaulipas”.
Era obvio que le preguntarían sobre sus aspiraciones, era más obvio que contestaría lo que ha venido contestando el último año: que ahora está ocupado en la dirigencia, pero no es menso, porque sin destaparse no se descarta.
Tras la encerrona con los panistas y luego de atender a los periodistas que igual le preguntaron hasta de proceso de renovación de la dirigencia estatal del PRI, el líder de los panistas del país fue convidado a comer al Restaurante El Granero, en petit comité, no más de 8 personas entre las que estuvieron Kiko Elizondo e Ismael García Cabeza de Vaca, Presidente y secretario estatal del albiazul.
Unos cuantos cortes de res y otros filetes de negrilla, cocas y naranjadas circularon a la mesa más cercana a la calle Carrera Torres donde se instaló el “Joven Maravilla”, el hermano del gobernador y sus acompañantes.
Por cierto, me tocó coincidir en el establecimiento y contra mi costumbre y solo para provocar me tomé una foto con el dirigente de los panistas que subí a mi Facebook; sabía las consecuencias que entre mis amigos provocaría la publicación, pero quería comprobarlo.
Me di cuenta que no son pocos los priistas que no han superado la derrota del año pasado, que se ofuscan cuando ven a los del PAN, descalifican y hacen juicios sumarios.
Insisto sabía lo que iba a ocurrir con algunos de mis amigos, porque en más de 20 años de periodista he estado en fotos con personajes de todos los colores.
Algún día comí en Casa de Gobierno con Manuel Cavazos Lerma y no me volví priista, ni me volví antipriísta cuando ese mismo ex gobernador casi me tumba de un empujón en Reynosa, tampoco me convertí en panista cuando entrevisté a Vicente Fox o a Felipe Calderón, ni antipanista cuando Fernando Canales gobernador de Nuevo León y su procuraduría me denunciaron por falsificación de documentos, menos cuando Juan García Guerrero me demandó en la PGR por
espionaje.
Antes de todo eso tampoco me volví perredista por haber almorzado en Monterrey con Cuauhtémoc Cárdenas en la casa de un amigo mutuo empresario de San Pedro.
Insisto con la foto de ayer quise provocar y así ocurrió, me di cuenta que como sociedad aún nos falta mucho por aprender en el tema de la tolerancia, de coexistencia, del respeto al derecho ajeno.
Prometo no publicar fotos en las que he estado como ayer, en una actitud diplomática y de relaciones públicas con: Egidio Torre Cantú, Eugenio Hernández y con el ya mencionado Manuel Cavazos Lerma y muchos más… para no fastidiar.
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