“Yo no sé. A mí no me interesó nunca la política. Me interesa más la ética. Creo que si cada uno actúa éticamente eso puede tener un efecto político muy grande” Jorge Luis Borges
Muy difícil la situación que ha vivido nuestro país últimamente, las catástrofes (tormentas, terremotos y huracanes) dañaron diversas zonas, afectando de manera directa a miles de personas, no solo en sus bienes o desarrollo diario, pues en muchos casos causaron la muerte de ciudadanos. Ante estas circunstancias, México ha demostrado de lo que está hecho, todos nos hemos solidarizado y sensibilizado ante el dolor ajeno, la nación mostró y muestra el brazo más valioso de ella: su gente.
Por otra parte, existen personas, sobretodo en el mundo político, que han aprovechado la desgracia y el dolor ajeno, como un “trampolín”, como una manera de salir del hoyo en que se encuentran, mejorar un poco su aprobación popular o simplemente subirse al barco consolidar la posición en la que ya se encuentran.
Es muy lamentable que en México no tengamos memoria, cuando siempre se ha tachado a Andrés Manuel López Obrador como un populista, loco y con ideas irrisorias (que tal vez lo sea, no se niega ni se aprueba esa afirmación), ahora los partidos políticos hegemónicos del país emulan esas conductas. Bien dijo Luis Carlos Ugalde, hace días en su visita a Ciudad Victoria, que los partidos y sus dirigentes compiten a ver quién dice la locura más temible.
Por ejemplo, aprovechando el momento que se vive, anuncian una posible reforma constitucional, por demás demagógica, para que en un plano futuro, los partidos políticos no reciban financiamiento público. Esto es absurdo, lo que debe hacerse es mejorar la fórmula democrática del financiamiento, de control y de vigilancia de éstos, para que todos los candidatos (ya sean de partido o independientes), lleguen en condiciones equitativas a ofrecer su proyecto a la población; no sólo ello, que las organizaciones partidistas funciones de manera real, como entes de acceso a la democracia, no como empresas familiares que representen intereses de
ciertos grupos o familiares, deben ser organizaciones transparentes y que apliquen las bases ideológicas por las cuales existen.
Sí, México sigue sangrando, porque parece que vamos hacia atrás, es inaudito que otros países latinoamericanos avancen, aunque a paso muy lento, pero siempre adelante; que un caso sonado en todo América Latina como el asunto de la empresa Obrebrecht, tenga diferentes repercusiones en el sur, por mencionar un caso, en Perú: un ex Presidente en la cárcel (con su esposa) y otro ex Presidente prófugo de la justicia; en México: casos similares, diferentes resultados, aquí no pasó nada.
México sangró con la muestra de fuerza que nos dio la naturaleza, al evidenciar que somos simples seres terrenales; pero también nos humanizó, nos dejó una verdadera lección: el pueblo no necesita de un sistema gubernamental para salir adelante. México puede seguir sangrando, si permite que se le siga engañando con política basada en demagogia, con propuestas oportunistas; se necesita más ética y menos exceso de política. Quien busque el poder el próximo año debe tener algo muy claro: los mexicanos no somos los de antes.
RECOMENDACIÓN SEMANAL: Película “Between us”, seleccionada en el Festival de Cine de Tribeca en el 2016 (Tribeca Film Festival), un filme de corte independiente; drama de una pareja joven que trata la complejidad de las relaciones en la juventud actual.
FUERA DE LUGAR… Humanismo que se usa para glorificar la imagen de uno mismo ante el público, no se considera filantropía, ¡ojo!
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