MÉXICO. Autoridades de Los Ángeles, enjuician a un hombre que, junto con pareja, torturó y asesinó al hijo de la última porque “creían que era gay”. Los hechos, han desatado una ola de indignación en California, estado que esta semana reconoció la existencia de un tercer género no binario.
Isauro Aguirre, identificado como el principal agresor, había reconocido haber asesinado al pequeño de ocho años; sin embargo, la Corte y las investigaciones aseguran que antes de dispararle al menor, Aguirre lo golpeó despiadadamente con un bat y lo aterrorizó a niveles insospechados.
La madre del menor, quien también participó en los actos de tortura en contra de su propio hijo, será también enjuiciada por haber privado de alimentos al pequeño como “castigo”.
Aunque los hechos ocurrieron desde 2013, la investigación fue reabierta para tratar de esclarecer los supuestos actos de tortura en contra del ahora occiso menor.
La Fiscalía explicó que dos semanas antes de morir, el niño fue retirado de su escuela con el pretexto de que se había mudado a la casa de una abuela en Texas.
“Los acusados conspiraron juntos para engañar a todos para así poder torturar a Gabriel hasta la muerte”, arremetió el fiscal Hatami.
Una maestra luego encontró una nota dentro del escritorio de la víctima que decía: “Te amo mamá y Gabriel es un niño bueno”.
El niño era forzado a dormir dentro de un gabinete ubicado en la recámara de los acusados, con un calcetín dentro de la boca y una venda sobre los ojos, detalló el procurador.
La noche del 22 de mayo de 2013 Aguirre lo habría golpeado a puño cerrado tantas veces que hasta perdió la cuenta, señala la acusación. La golpiza se debió porque supuestamente Gabriel se rehusó a guardar sus juguetes.
Aguirre posteriormente confesó a los investigadores que le dio 10 golpes en la cabeza y al menos 20 en el cuerpo. La Procuraduría agregó que el acusado estrelló la cabeza del menor contra una pared con tanta fuerza que le habría fracturado el cráneo.
“Le dio un puñetazo y le siguió dando puñetazos”, explicó Hatami, hasta que ‘Gabrielito’ perdió el conocimiento y tuvo que ser hospitalizado. Los médicos indicaron que el niño tenía muerte cerebral. Dos días después, el 24 de mayo, murió.
En aparente argumento de defensa, Isauro Aguirre y Pearl Fernández, quienes enfrentan juicios separados, habrían declarado a las autoridades que al niño “le gustaba golpearse a sí mismo, que era gay y que quería matarse”.
Desde que fue retirado de la escuela y hasta que llegó al hospital, ‘Gabrielito’ sufrió 13 de días de tortura, pero el infierno en el que vivió duró ocho meses, a partir del día que Pearl Fernández reclamó y obtuvo la custodia de su hijo en septiembre de 2012, según la exposición de la Fiscalía.
Los abuelos maternos obtuvieron la custodia de Gabriel a los pocos meses de que nació, ya que la mamá tenía serios problemas con el consumo de drogas, pero siete años después y luego de una breve estadía en un centro de rehabilitación para drogadictos, Pearl Fernández recuperó a su hijo, aunque sólo para poder obtener beneficios de la asistencia pública y más reembolso en la declaración de impuestos, según documentos judiciales.
Con informacion de Univsion y ADN 40.