LO CLARO Hay cosas que poco se cuentan, como reza un discurso oficialista.
Un cultivo semi silvestre, es el arbusto conocido como palma camedor.
De mayor ascendencia en estados como Nayarit, Chiapas y Tamaulipas, este enigmático pariente cercano de las palmeras favorece en gran medida al ingreso de recursos por concepto de exportaciones con destino primario a los Estados Unidos de Norteamérica (México aporta más del 85% del total de hoja que consume EE.UU).
Con sus más de 40 mil toneladas que México envía cada año al consumo americano de planta para adorno, para coronas, arreglos florales, plantas de interior (oficinas, hoteles de lujo, interior de residencias) e incluso para el consumo como es bien conocido el ‘palmito’.
Esto alienta a la productividad forestal desde hace mucho tiempo, donde se contabilizaba desde 1985 un promedio de 30 millones de dólares por año de ingresos y beneficio directo a diez mil trabajadores.
Tamaulipas es uno de los tres estados pilares en la obtención del cultivo que en su geografía, se da por obra de la naturaleza en la serranía de este estado.
La Universidad Autónoma de Tamaulipas participa en el desarrollo evolutivo de la dinámica genética y productiva de su suelo.
En este sentido, con la mejora de la especie en cuestión, buscando no solo su mejor aprovechamiento sino brindando los estudios que aporten mayores condiciones de calidad a la productividad del suelo mexicano.
El ciclo de floración de la palma camedor, permite que en 8 meses retoñen sus codiciadas hojas para preparar el corte. La manipulación sustentable de la genética por parte de la academia, propone un tiempo de 2 a 3 meses en el recorte del proceso.
El campo mexicano contribuye junto con la academia a engrandecer y fortalecer la participación del mercado mexicano en el mundo.
LO OSCURO. Todos –o casi todos- nos hemos preguntado alguna vez sobre la nacionalidad del maligno ‘masiosare’. Ése extraño enemigo que quiere profanar con sus plantas…
De igual manera, hemos sido testigos en gran parte de la nación, como cada cumpleaños de la reina de México (la bien conocida Virgen de Guadalupe) es honrada y venerada por propios y extraños.
Uno de estos, el mencionado renijo. A quien nadie le ha visto el rostro pero que todos entonan con singular alegría. “-Este es el renijo, este es el renijo para mi altar”.
¿No le entendimos? Traducción “Este cerro elijo, para hacer mi altar”. Extracto de la letra de ‘La Guadalupana’.
La versión superior, el de la voz pudo constatar motu proprio en los actos de fe que acompañaban a la clase trabajadora que entregaba su devoción a la ‘morenita del Tepeyac’ en una fronteriza ciudad del país.
Y sirva el ejemplo para enunciar una banal comparación.
La oleada que impera, nos propone al grueso de la sociedad a adoptar posturas que repetimos por mera acción mecánica.
Hablamos de nuevo, de la Ley de seguridad interior.
No; no se trata de una defensa a la persona. No serían distintos en su individualidad Fox, Calderón o Peña Nieto.
Pero son la máxima autoridad. Así lo decidimos. Y con ley o sin ésta, la potestad sobre las fuerzas armadas es una de sus atribuciones.
Si no existiera la mentada ley, aun así dispondría el mandatario en turno sobre su proceder.
El tema real de fondo, obligaría a todos quienes nos pronunciamos a favor o en contra a hacer lo que diría Nuño: ‘ler’ un poco al respecto.
Reparar en el contenido que incluye ‘temporalidad’; que significa la no permanencia voluntaria de los cuerpos de la milicia en las calles y la petición de parte de los mandatarios estatales para que acudan al apoyo de la seguridad local, mientras las policías estatales se logran implementar.
No es darle más poder a nadie, ni mucho menos “un cheque en blanco”.
Es brindarle seguridad y confianza a la ciudadanía que ve con descrédito lo que huele a gobierno. Sin ‘ler’.
COLOFÓN: Y todavía escuchamos a grito en pecho, con motivos de las posadas “¡Perro de cuerda! …nadie es perfecto y tú lo veras”. Tenga usted, felices fiestas.
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