CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Maldito frío, toda actividad la vuelve lenta y algunas veces hasta las paraliza. Pero no todos podemos darnos el lujo de quedarnos estáticos. En especial aquellos que su día esta lleno de chamba y actividades de principio a fin.
Hay un victorense que inicia y termina sus labores en lo oscuro de la madrugada y la penumbra de la noche y que en contraste de muchos otros, disfruta su día plenamente… aunque sea una verdadera chinga ya que aparte de dedicarle tiempo de calidad a su familia, posee ¡Cuatro trabajos!
Es el luchador profesional Fuego Latino, cuyo despertador suena a las cuatro y media de la mañana, para alistarse y llegar a las 6:00 am a su trabajo regular como encargado de seguridad y brigadas de auxilio de una empresa. Pero esto es solo el principio.
El Caminante quiso irse de Pata de Perro en su día a día con Fuego Latino pero literalmente bofeó al intentar seguirle el paso.
Después de cumplir con la mitad del horario en su empleo regular, el forzudo regresa a las once de la mañana a su casa a almorzar, y atender los pendientes domésticos que como jefe de familia no descuida.
Pasadito del mediodía, pasa por sus hijos a la escuela y aprovecha para ejercer el difícil pero dulce rol de padre.
En esta breve pausa hace un pequeño descanso de 45 minutos.
Pero esta es solo la ‘primera caída’ de todo lo siguiente es acudir al gimnasio para cumplir con el reto que se ha propuesto, el cual le ayudará a conseguir mayor fuerza y resistencia física, aumento en la masa muscular y acondicionamiento físico. Esta actividad es uno de los lapsos en que Fuego toma tiempo para sí mismo. A esto se le podría llamar ‘la segunda caída’ y una de las más demandantes. Este es su segundo trabajo, ser el campeón y mantenerse en forma para los futuros encuentros y campeonatos. Es apenas media de la tarde. Y aun falta mucho camino por recorrer.
A las seis de la tarde Fuego Latino ya está arriba del ring, pero no como gladiador precisamente sino como instructor de las jóvenes promesas del pancracio victorense. Su tercer chamba la Johnny El Pulpo cual le pasó el encargo de la Escuela de Lucha Libre. Da gusto ver a los niños y adolescentes de ambos sexos aplicando llaves, quitarse candados y hasta realizando lances y espectaculares “suplex” que estrepitosamente provocan el estallido de la espalda al caer en el cuadrilátero. Chiquillos de ocho años que
lo que aun no dominan con fuerza lo compensan con actitud, mostrando la garra al perderle el miedo a la rudeza de este deporte tan apasionante como mexicano.
El olor a sudor y el ruido de la lona se combinan con las arengas del instructor: ¡Vamos Vamos! ¡Cuida tu guardia! ¡Arriba, salte de ahí, usa tus piernas para quitarte ese candado! Se escuchan con la ronca voz del maestro. Los pupilos no se rajan y sudan la gota gorda pero además se ejercitan con disciplina, forjando un carácter robusto y dejando de lado los vicios y conductas negativas. Muchos de los niños llegan con problemas en la escuela o con sus familiares o como se dice coloquialmente “Chamacos guerrosos y groseros” pero que al entrenar aprenden a cumplir órdenes, seguir instrucciones y perderle el temor al riesgo. Esta es una labor que impacta directamente en la sociedad al ayudar a encausar a los jóvenes al deporte y la disciplina, púes asi como los superhéroes de comics y la pantalla grande al tener un gran poder adquieren una gran responsabilidad él pone su granito de arena para moldear una mejor sociedad.
Al caer la noche Fuego regresa a cumplir el horario nocturno de su primer empleo el cual cierra a las 10 de la noche y llega a su casa a las 10 y un cuarto. Un bañito y a descansar.
Así como estas pequeñas promesas de la lucha libre Fuego Latino empezó a entrenar a los once años y poco a poco fue depurando su técnica hasta llegar a ser luchador profesional en empresas exitosas como la Triple A, y el Consejo Mundial de Lucha Libre en donde dio vida a una de las Tortugas Ninja, Los Cadetes del Espacio y los Power Rangers. Esta fue una etapa de mucho aprendizaje no solo en lo luchistico, también a sobrevivir a ambientes adversos y a elegir bien en quien confiar. Las grilllas y
envidias siempre son gratuitas para aquellos que cosechan triunfos con su trabajo.
También en Monterrey estuvo luchando “ahí fue donde me dieron más recio” confiesa el luchador sonriendo al mismo tiempo.
De regreso en Ciudad Victoria surgió hace dieciséis años (un 30 de abril) el personaje de Fuego Latino que le ha dado gran proyección y la satisfacción de ganar el Campeonato estatal. Es con esta identidad con la que también ha podido participar y ser punta de lanza en actividades altruistas. Los sábados es común verlo en televisión y por las transmisiones en vivo de “Aventuras Enmaskaradas” a través de Facebook. Un programa divertido y ameno con personajes e invitados que llevan a cabo rutinas y actividades para los nenes y una que otra enseñanza para los no tan jóvenes. De hecho a veces entre semana hay que hacer un espacio en la agenda y grabar algunas escenas para reforzar el programa. No es raro encontrarse por la calle o en algun parque a Fuego Latino con su célebre máscara y su vistosa capa luchando contra las fuerzas del mal o rescatando a alguien en apuros y de paso dejando alguna moraleja a los chiquitines. Es con este espectáculo que Fuego Latino a escalado en el éxito comercial de su marca al realizar shows de animación en eventos privados. Esta sería su cuarto empleo.
De vez en cuando algún amigo o conocido cercano suele decirle a Fuego Latino la admiración que le profesa al ser reconocido por sus hazañas deportivas.
“Me dicen, yo quiero ser como tú, conoces a muchas personas y te tomas fotos con muchachas te alaban y sales en la tele y los periódicos, todos hablan bien de ti… me les quedo viendo y les digo, a veces yo quisiera ser como tú, que después de tus ocho horas de trabajo, llegas a tu casa bien padre, te sientas, te dan de comer te pones a ver tu televisión un partido de televisión con tu cervecita bien padre, en cambio yo tengo este y este y este trabajo y a veces no me queda tiempo para disfrutar en familia ¿Cambiamos papeles un día?… se me queda viendo y me dicen… no ‘pus’ mejor no jajajaja”
Pero Fuego Latino está más que agradecido con la vida por todo lo que su imparable trabajo y enorme esfuerzo le ha fructificado. Es a través de la disciplina que los éxitos han llegado y precisamente este es su mensaje que envía Fuego Latino a los chavitos que lo admiran: “Crean en ustedes, no hay ninguna barrera que no se pueda cruzar o tumbar para perseguir sus sueños cuando creen en ustedes”.
El luchador más “luchón” se despide para continuar con su ajetreada jornada diaria. El Caminante literalmente ‘se raja’ pues le faltaron energías para seguirle el paso a este atleta que tantas vidas impacta de manera positiva con sus cuatro empleos en los que cuida, entrena, entretiene e inspira a muchas personas de la capital tamaulipeca no solo con su personaje luchístico, sino con su ejemplo de disciplina y dedicación. Suficiente Pata de perro por este día frío pero a la vez cálido día de invierno.