El debate presidencial puso en la mesa de las discusiones varios temas torales, principalmente el tráfico de drogas y de personas de México a Estados Unidos, así como el abastecimiento de armas provenientes del vecino país a los grupos de la delincuencia organizada.
La legalización de las drogas en México es un tema que tendrá que colocarse en la agenda legislativa como vía para controlar su comercialización tal y como ocurre en Canadá y en 9 entidades de los Estados Unidos donde ha sido legalizada para fines terapéuticos y en algunos casos para fines recreativos.
Los opioides que producen los campesinos en la sierra de Guerrero son cultivos arraigados que durante décadas han sido su fuente de subsistencia y la realidad es que no lo van a cambiar por otro cultivo. El estado mexicano, además de aplicar la ley, tendrá que reconocer esta realidad y regularla para evitar que la delincuencia organizada siga aplicando su voluntad por la vía del terror o de la corrupción.
Grandes extensiones del País están sin producir, tenemos enormes extensiones de tierras fértiles que debieran servir para lograr el autoabastecimiento de alimentos y de biocombustibles. Nuestro campo está abandonado y hemos regresado al país de los enormes latifundios, con la diferencia que ahora no sirven para resolver la demanda interna de alimentos.
La realidad es que por hambre miles de personas ingresan a las pandillas y los carteles de la droga con la justificación de que responden a las urgencias familiares. Además no importa entrar a la cárcel porque ahí tienen gratuito acceso a las tres comidas diarias.
Una de las razones por las que el Tratado de Libre Comercio no se ha concretado es porque el Gobierno Mexicano está empeñado en continuar con la desigualdad salarial se aferra a conservar los ínfimos niveles salariales que por décadas casi no han cambiado.
El Secretario de Gobernación ALFONSO NAVARRETE PRIDA declaró el año pasado que los mexicanos no tenemos que ganar más porque no estamos capacitados para ello, cuestión que no es verdad pues con sólo cruzar la frontera el trabajo de esos mismos mexicanos se paga en más del doble.
Los migrantes mexicanos radicados en Estados Unidos viven con atrapados por el miedo a las deportaciones y enfrentan el acoso permanente que grupos racistas toman contra ellos pero no aprendemos de las experiencias propias y en México los indocumentados centroamericanos viven un víacrucis permanente. Las dos terceras partes de quienes pisan suelo mexicano son víctimas de la violencia y una tercera parte de las mujeres son violentadas sexualmente, actos de brutalidad que no hace distinción de niños y adolecentes.
La frontera sur de México es actualmente una primer defensa de prohibición de ingreso a los centroamericanos a Estados Unidos y no una nación incluyente donde funcionen políticas de brazos abiertos para las personas que huyen de la violencia y la miseria.
México debe de establecer un acuerdo de reciprocidad, de respeto a los derechos humanos de todas las personas, la prohibición de venta de armas sin regulación en Estados Unidos y la legalización de las drogas en el país regulada el estado.
ALTO NIVEL.
Eliseo Castillo es el nuevo delegado de la Secretaría de Gobernación.
