* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”, además, Premio Nacional de Periodismo 2016.
Por supuesto, sorprenden los ordenamientos a realizar en el próximo régimen federal. La mayoría de ellos (por no decir que todos), significan la concepción que del poder tiene López Obrador y su equipo de trabajo.
Será rectificar el ejercicio de la administración pública en nuestro país, mediante reglas y procedimientos que mantienen la promesa de justicia social enarbolada por AMLO, desde que decidió entregarse de tiempo completo a la política.
Hasta ahora, son cincuenta lineamientos que abarcan lo relacionado con la burocracia del poder y los excesos que desaparecerán, a partir del primero de diciembre. (Eso deseamos y esperamos).
Pero no se trata sólo de lo material, que en pesos y centavos resulta incalculable (algunos analistas suponen que sólo en este paquete, habrá ahorros por casi 200 mil millones de pesos), sino de terminar con esta vergonzosa etapa “modernista”, cuya corrupción generó un promedio de 70 millones de pobres en el sentido más estricto, una clase media en
proceso de extinción y, que por lo mismo, se proletariza cada vez más, presionada por las condiciones económicas impuestas desde el exterior.
Mientras tanto, en la más baja escala se encuentran los que reviven la esperanza. Son los millones enfrentados a la hambruna que obligaron a crear una oficina especial dentro de Sedesol, que, ¡vaya contradicción!, sólo sirvió para evidenciar más la corrupción oficial.
Ahora mismo, Rosario Robles Berlanga, la titular de entonces de dicha dependencia, permanece bajo sospecha por el desvío de más de mil millones de pesos. Y no es invento, sino producto de investigación por parte de la Auditoría Superior de la Federación..
Esto es apenas, una muestra de los excesos que provocaron el hartazgo y la exigencia social del cambio.
De manera que las propuestas de AMLO sorprenden, pero no a las mayorías que lo ven natural, obligado y lógico, sino a quienes están acostumbrados a manipular la administración, como mejor conviene al interés personal y de grupo. Esto incluye desde luego, disponer de recursos públicos en forma ilimitada y, en muchos casos, anteponiendo la frivolidad a las prioridades sociales.
JUÁREZ VIVE
Es la regeneración de México, lo que se avecina y, AMLO, ya dijo que va en serio. Por lo pronto, se acaban los privilegios para la alta burocracia e inicia la austeridad republicana.
Por ello, no extraña que la figura de Juárez presida las reuniones del próximo presidente. No olvidéis que don Benito, es símbolo de lealtad y defensa de la soberanía nacional.
Esto debieron tenerlo presente los enviados de Trump, recibidos en una sala modesta, teniendo como fondo a “el gigante de Guelatao”.
Usted dirá que algunas disposiciones parecen exageradas y quizá tenga razón, pero son necesarias. Estaremos de acuerdo en que no se requiere adquirir vehículos, inmobiliario, remodelar oficinas, que los funcionarios dispongan de “guaruras”, viáticos, etc, o secretarios particulares. Estos últimos, sólo podrán ser utilizados por los integrantes del gabinete.
Tampoco habrá bonos ni compensaciones, sólo el salario integral, reducido al 50 por ciento. Ya sabemos que se cancelarán las pensiones a ex presidentes.
Habrá ahorro en todos los sentidos, principalmente en oficinas públicas, donde se cuidará hasta el consumo de agua, electricidad, internet y telefonía y, desde luego, los combustibles.
También se reitera la venta de la flota aérea. Por otra parte, el gobierno ya no tendrá asesores. Desaparecerá el estado Mayor Presidencial y el CISEN, que en voz del propio López Obrador, es utilizado de manera impropia en perjuicio ciudadano.
Esta es la parte material. Lo más importante vendrá después, cuando se trate de rescatar la moral republicana. Ahí será donde las instituciones tendrán que ser revaloradas y respetadas en su exacta dimensión. Porque como dijo aquel: “Esto no puede quedar así”.
SUCEDE QUE
El escribidor opina que de esta reconstrucción nacional, las nuevas generaciones serán las más beneficiadas, toda vez que habrán de desarrollarse en un país distinto al conocido hasta ahora. Para decirlo rápido y sencillo: estamos ante el nacimiento del mexicano con nuevos valores.
Por otra parte, en cuanto a las víctimas del tsunami electoral, ya no sabe uno ni qué pensar sobre las declaraciones del “líder” tricolor, René Juárez Cisneros, en cuanto a que “se consultará a las bases sobre qué corregir y qué mantener”, dentro de su partido. O sobre aquello de invitar a los jóvenes a que “revaloren” al PRI, donde quiera que se encuentren. (Pa’ mí que René tendrá que buscar la militancia tricolor en las filas de MORENA, si es que le queda tiempo, con eso de que se rumorea su renuncia en cualquier momento).
Y hasta la próxima