Allá por los años cincuenta-cincuenta y cinco del siglo pasado hasta la tienda de mi padre llegó
espantado un señor cuyo nombre no recuerdo pero se encontraba rete espantado porque
aseguraba que por el entonces callejón de la calle Servando Canales entre Morelos con Obregón se
la había aparecido una hermosa mujer que lo comenzó a coquetear razón, por la cual la siguió hasta
acercársele pero ya cuando estaba frente a ella su bello cuerpo se transformó en un amarillento
esqueleto.
El hombre aquel se alejó de esa aparición y se mete casi corriendo a la tienda de mi padre pidiendo
le diera un tequila porque se le había aparecido la muerte.
Junto a mi padre se encontraban otras personas que al escuchar lo anterior principiaron a
reírse del espantado recién llegado pero viendo que hablaba en serio dejaron de hacerlo para
ponerle más atención.
Huelga decir que todos los ahí presentes comenzaron poco a poco a retirarse hasta que mi jefe
optó por cerrar la tienda.
Al siguiente día era la comidilla del día.
Años después se habló de otro aparecido que partiendo desde La Loma de La Cruz bajaba a caballo
por toda la calle Hidalgo hasta meterse al panteón y después de un rato se regresaba por donde
mismo hasta perderse en la loma.
Posteriormente y radicando ya donde hoy vivo mi entonces vecino don Santiago Hernández
Rodríguez me comentaba que esa misma aparición la veía venir del río, cruzaba su solar, se metía a mi casa
atravesando las paredes y después de un rato salía para perderse en el monte.
Desde luego los perros no dejaban de ladrar hasta después de mucho rato.
Ahora pues y ya en estos tiempos, mi esposa, celosas como son las mujeres, me echaba en cara de que
yo metía una hembra a mi cama cuando no era así.
Pues bien traigo a cuento lo anterior porque de nueva cuenta vuelve a pasar lo mismo pero ahora hasta
mi esposa la ha visto y asegura que se sienta en mi cabecera sin dejarme de ver y acariciarme la cabeza
como el rostro hasta que se levanta y se retira por donde vino.
Por supuesto los perros no dejan de ladrar.
Al día siguiente todo está en orden como si nada hubiera pasado.
En fin son sucesos que de tantas veces que han pasado ya ni miedo tengo e incluso en algunas noches
saco mis cobijas para acostarme afuera, grito exigiéndole a la dama que se aparezca pero nada
ocurre.
¿Qué será todo esto?
No lo sé como tampoco hay explicación alguna solo sabemos que en varias ocasiones mi esposa ha llevado
al Señor Cura para que riegue agua bendita por toda la casa y el solar pero la aparición no se va.
Ahí sigue al pie del cañón.
Por supuesto que no me hace daño alguno y pienso que se ha convertido en mi Ángel de la Guarda.
Hace años era una niña la que se aparecía, llegaba a la casa y al rato salía con rumbo al panteón al
grado que una vez la seguí hasta ese lugar, la vi como entraba pero cuando la buscaba no daba con ella,
más bien dicho no he dado con esa niña.
Hoy he traído a colación lo anterior porque ayer un tanto molesta me decía que tanto ella como
algunas vecinas han visto salir una mujer de mi cuarto.
Pero…..
Mejor aquí la dejamos de este tamaño no sea la de malas que de tanto pensar en ella un día aquí nomás
se me aparezca y me de él susto de mi vida.
Por cierto la gente que sabe de esto asegura que me quiere dejar su dinero, pero por más que la llamo jamás
Se aparece. Todos la ven menos yo.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE




