Pa’su mecha, años teníamos que en la tierra de mis mayores no atravesábamos, como en otros tiempos, la carencia de trabajo y dinero, pues oiga usted, hemos estado conversando con algunos paisanos y éstos nos hacen saber que la situación es crítica y hasta cierto punto desesperante pero como decían antes, “Dios aprieta pero no ahorca”.
¿Será?
Pues sí, pero antes el campo producía y había gente que trabajaba desde las cinco de la mañana hasta muy tarde y entonces no había muchos automotores para sacar la cosecha a la carretera y llevarla a los centros de abasto.
Aún así salía y se vendía a buen precio.
Hoy todo se dificulta, hasta limpiar la parcela.
La gente, mayoritariamente, trabajaba y se divertía de vez en cuando.
Hoy sólo los recuerdos quedan.
Incluso había ferias, bailes y coronación de la reina de las fiestas patrias.
En fin, repetiremos aquello que muy seguido decía la líder estatal de la burocracia, Blanca Valles Rodríguez:
Ah, cómo han cambiado los tiempos.
Pero el caso es que esto ocurre no sólo en los cuarenta y tres municipios de Tamaulipas, sino también en todo el país.
Por lo tanto, algo está pasando.
Por supuesto que algo nos alegra el espíritu y es el hecho que Dios amenaza con soltarnos un chorro de agua.
En fin, nomás con que no se pase de la raya, todo está bien.
Ante la cercanía de las fiestas patrias me he venido cuestionando ¿quién y cuándo dio el primer Grito de Independencia en Llera?
Razón por la cual ahí les dejo la pregunta por si alguien lo sabe y pueda dar respuesta a esta inquietud.
¿Cómo fue la ceremonia?
¿Hubo desfile y de ser así quiénes participaron?
¿Hubo baile?
¿Hubo coronación de la reina?
Interesante sería saberlo.
Mientras recibimos una respuesta, déjenme informarles que en el pueblo de mis mayores, el Ayuntamiento, instituciones cívicas y gubernamentales se preparan a celebrar en grande la fecha.
Por supuesto que la ceremonia tendrá lugar a las once de la noche frente al palacio y por lo mismo principian a instalarse los adornos relativos a este día.
Caray, ayer por la tarde que regresábamos de la ciudad capital vimos una carretera en magníficas condiciones, un tráfico tranquilo, las policías federal y estatal pendientes de la seguridad de los operadores de los muebles y de sus respectivos pasajes.
Un paisaje campirano bastante bueno y lo mejor, ya no observamos animales atravesándose por la carpeta asfáltica.
En fin, toda una señora seguridad se respiraba en sus sesenta kilómetros.
Enhorabuena.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE




