Hay grupos interesados en reventar el evento, pero sin ofrecer solución
Moreno Montaño, como ajonjolí de todos los moles, encabezará mesas
Marko Cortés ‘¡es un traidor, corrupto e hipócrita!’ según dice Calderón
Xico, como alcalde, elude su responsabilidad en asuntos de la Comapa
Sin apoyo del INDE pero sí de Morena, los ciclistas tienen competencia
El Foro Escucha, que mañana tendrá lugar en Ciudad Victoria, podría ser uno de los que más aporten al proyecto de seguridad nacional de Andrés Manuel López Obrador.
Y es que Tamaulipas ha sido víctima y sigue siéndolo de la violencia generada por el crimen organizado, como seguramente se consignará en las denuncias que ofrezcan los colectivos y víctimas (en lo personal), aun y cuando haya grupos interesados en ‘reventar’ el evento.
De ahí que ‘El ajonjolí de todos los moles’, Alfonso Durazo Montaño, deba aplicarse (a fondo) para acreditar su promoción como secretario de Seguridad Pública en virtud de que primero le dio luz verde al foro, luego lo canceló y ante las presiones sociales, reculó para que se celebrara.
Obviamente, reprendido por la superioridad.
Acotación
Terminar con la violencia en México es harto difícil, aunque no imposible. Y por más enérgica que fuera una estrategia encaminada a recuperar la seguridad, evidentemente
la apoyaría el conglomerado social que ¡hasta la madre ya está de tantos crímenes!
El mejor recurso sería aplicar la pena muerte a los delincuentes, tras comprobarse su culpabilidad. Así como a los funcionarios corruptos, que, sin reparo alguno, los protegen.
La prueba de que esta medida es funcional, se dio en Singapur –en el 2000–, cuando Lee Hsien Loong tomó las riendas del gobierno que heredara de su padre (Lee Kuan Yew), castigando con trabajos forzados a narcotraficantes, criminales y violadores confesos, pero aplicándoles la pena de muerte a los más repetitivos, aunque se tratara de servidores públicos, políticos, policías o militares.
A la fecha, es uno de los países con mayor desarrollo económico.
Y, lo mejor, de los más seguros y pacíficos del mundo.
Empero, en un sistema de gobierno tan corrompido como el nuestro, la complicidad seguramente evitaría el castigo capital.
El Presidente electo, por ahora, en sus discursos ofrece que una vez instalado en el poder implantaría medidas drásticas, pero sin atreverse a explicar en qué consisten realmente.
Tan es así que ha propuesto dialogar con el crimen organizado para pactar una amnistía.
Y hasta ofrece que antes de tomar posesión del cargo habrá de exponer los pormenores de su proyecto.
De ahí se agarran sus oponentes políticos para desacreditarlo hasta la saciedad, sin tomar en cuenta que fue precisamente en sus establos donde otrora se dio patente de corso a los grupos delincuenciales para operar, sin restricción alguna, a lo largo y ancho de la República Mexicana.
Por tanto, ¿es o no descabellada su intención?
Recuérdese que fue durante los regímenes priistas cuando surgieron y hasta eso con inmunidad los cárteles –repartiéndose el territorio nacional–, ‘pero sólo para traficar con drogas y contrabando’, según se dice; y, a partir del 2006 (al estrenarse Felipe Calderón Hinojosa como presidente), cambió el ‘acuerdo’, al decretarse una lucha sin cuartel contra los grupos delictivos, no afines al señor de Los Pinos (en turno), que produjo el nacimiento de las bandas hoy dedicadas a la extorsión, el chantaje y el secuestro, así como a la ejecución sanguinaria de sus víctimas.
Antes y aún, han aparecido involucrados políticos militantes de todos y cada uno de los partidos políticos, por lo que resulta insensato escupir para arriba.
Y más, cuando ejemplos existen de sobra para probar su participación, en actos ilícitos… aunque algunos se hayan dado en lo ‘oscurito’.
Según el mentado ‘Peje’, actualmente aquí en el país se registran (+/-) 76 homicidios diarios, originados por la disputa entre bandas delictivas, por lo que propone un pacto no para rendirse, pero sí para evitar que el pueblo, ajeno a su reyerta, siga siendo víctima.
En fin, hay que esperar que el tabasqueño explique cuándo, por qué y dónde habrá de dialogar con los grupos criminales.
Y en qué términos.
‘El ajonjolí’
Por vía de mientras, Alfonso Durazo Montaño se ocupa del asunto.
Y hasta eso sin credibilidad, pues cuando fue militante priista y secretario de Luis Donaldo Colosio, juró defender la bandera de éste, por encima de todos; pero tras su muerte fungió como vocero de Vicente Fox Quesada (protegiendo siempre el bienestar de los hermanos Bribiesca-Sahagún, hijos de Marta), con quien rompió por intereses financieros y luego causó alta en el equipo del mentado ‘Peje’.
¿Merced a sus delaciones?
¡Vaya usted a saber!
Lo cierro es que ahora aparece como prospecto a la Secretaría de Seguridad Pública del régimen entrante, cuando su currículo no advierte afinidad alguna con el área.
En fin, él es quien se ocupa hoy de recoger denuncias, propuestas y quejas para diseñar la estrategia presidencial en materia de seguridad pública.
Jarana albiceleste
El expresidente Felipe Calderón Hinojosa, insiste en entrometerse en la elección del dirigente nacional albiceleste.
Y descalifica a Marko Antonio Cortés Mendoza –un prospecto a ser dirigente de Acción Nacional–, acusándolo de traidor, corrupto e hipócrita, cuando el PAN lo que requiere es evitar un desastre.
En respuesta, el compañero de fórmula del aspirante a la dirigencia, Héctor Larios Córdova, dijo en su cuenta twitter que Acción Nacional lo que requiere es un golpe de timón para recuperar sus principios y prácticas democráticas.
A lo que Felipe contestó: “pero ese cambio no puede darse con los mismos que han ignorado todo eso’
Y todo esto, sólo al principio de la contienda para renovar la dirigencia nacional.
Alcalde ambivalente
Acepto y reconozco que Xicoténcatl González Uresti es un buen hombre.
Un personaje bien intencionado. Pero adolece de fuerza, para hacer él, sentir su autoridad municipal.
En la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa), no tiene voz ni voto.
Lo peor del caso, es que el programa de ‘reencarpetación y bacheo’ no son obra suya, aun cuando a través de las redes sociales pretenda al menos ‘colgarse’ de medallas ajenas.
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