Cuando un estado vegeta en vez de vivir es que las cosas no marchan bien y es lo que viene ocurriendo en varias entidades del país pero con el propósito de no caer en el error de irnos de la lengua preferimos dejarle al amable lector su derecho a opinar en la inteligencia que si no recibimos alguna respuesta pues ya tendremos oportunidad de “irnos al baño” y entonces si a darle vuelo a la noticia pero en tanto sean peras o manzanas permítanme informarles que hemos tenido oportunidad de visitar algunos pueblos y aunque no lo crean
pero no vimos obra alguna por lo que nos tomamos la oportunidad de preguntar a la gente del porque este abandono y falta de entusiasmo de parte de quienes los gobierna.
La respuestas se pueden clasificar en tres.
1.- No hay dinero
2.- Los gobiernos federal y estatal los mantienen abandonados
3.- La autoridad municipal no tiene interés alguno en cumplir con la promesa empeñada
Por lo tanto los pueblos seguirán igual o peor que antes pues mire usted lo que hemos observado es que hay calles y avenidas en completo abandono al grado que los baches y la falta de alumbrado público están al último grito de la moda.
Algunos pueblos generalmente adolecen de policías municipales.
Sus autoridades o directores de áreas brillan por su ausencia.
El alumbrado público adolece de luminarias.
Las calles están siendo invadidas de hierba, zacate y basura.
Tal parece que hay colonias y centros de población que compiten entre si para lograr un primer lugar como indiferentes al plan de limpieza general y sólo para que se den un quemón déjenme decirles que la casa donde vivo la rodean algunos solares baldíos de donde salen a pasear tlacuaches, gatos, perros, ratones y una que otra gallina que corrió con suerte de no ir a parar a la olla de los frijoles sin pasar por alto que la lámpara del alumbrado público de la esquina donde vivo y doscientos metros a la redonda se encuentran desde hace quince días fuera de servicio pues según parece
están fundidas y por más que hemos solicitado la renovación de las mismas pues no hay quien nos haga caso.
En fin ya veremos llegar el día en que se atienda el barrio donde vivo pues nada más principia a caer la noche y me da la impresión de que todavía vivo allá por los años cincuenta del siglo pasado cuando solamente la plaza, la presidencia y dos que tres calles a la redonda contaban con alumbrado público.
En fin, sea por Dios y las once mil Vírgenes del firmamento.
Ayer visitamos las oficinas de la dirigente estatal de la burocracia gubernamental Blanca Valles Rodríguez pero no tuvimos oportunidad de platicar con ella porque don Francisco Banda, titular de prensa, nos informó tuvo un encuentro con un grupo de periodistas de la radio y la televisión por lo tanto dejamos la entrevista para la próxima semana y en su oportunidad habremos de informar a nuestros lectores sobre los resultados de la
plática; mientras tanto permítanme recordarles que hoy estamos prácticamente en fin de semana y es tiempo de irnos a darnos un remojos al mejor río de Tamaulipas como es El Guayalejo.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE