ESPAÑA.- La Audiencia de Cantabria ha desestimado la demanda de un hombre que pedía una indemnización de más de 100.000 euros por haber tenido dos hijos años después de hacerse una vasectomía y no haber sido informado de que también se pueden tener hijos con azoospermia (inexistencia de espermatozoides en el líquido seminal).
En 2004 el demandante se hizo una vasectomía y ocho años después, en 2012, tuvo una hija con su esposa con la que tenía dos hijos antes de la intervención, y en 2012 tuvo otro hijo, con otra mujer.
Tras tener cada uno de los dos últimos hijos se hizo un espermiograma (análisis de espermatozoides en el líquido seminal) y dio resultado de azoospermia (inexistencia de espermatozoides).
También, tras tener esos dos hijos, les hizo la prueba de paternidad, que confirmó que era el padre en un 99,99 por ciento.
En la resolución de la Audiencia, que confirma en su totalidad una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 3 de Santander, el tribunal indica que la paternidad con azooespermia “no tiene hoy por hoy explicación científica demostrada y existen muy pocos casos en la literatura médica mundial (ocho en total)”.
“Tal supuesto no puede conceptuarse, por su extravagancia, como eventualidad posible y conocida, que haya de ser trasladada al paciente cuando se trata de informar sobre los riesgos de una vasectomía”, añade la Audiencia.
El Juzgado indicó en la resolución que recurrió el demandante y que confirma la Audiencia que no hubo “actuación negligente” en la vasectomía, porque así lo corroboraron en la vista los especialistas que confirmaron que no había espermatozoides en el líquido seminal en los tres análisis que se hizo después de la operación.
En su sentencia, el Juzgado consideraba que no parecía “exigible” que dentro del consentimiento médico que se pide ante una intervención, se deba informar de “cuestiones que no están claramente delimitadas y constatado su origen por la ciencia médica”.
De hecho, el Juzgado apuntado como “excepcionalísimo” el riesgo de tener hijos con azoospermia, “al que la ciencia médica no le da explicación, pues solo baraja hipótesis como que pueda ocasionarse por recanalizaciones intermitentes o por la existencia de una granuloma de esperma”.
Además, considera que en el caso de que se le hubiera informado al paciente de esa posibilidad, “no había alterado su decisión de intervenirse dado el escasísimo porcentaje de supuestos existentes en el mundo, por lo que de haber sido indemnizado la cuantía habría sido mínima, nunca la solicitada por él”.
Con información de Cope.es