Caray, aunque no lo crean pero las tradiciones decembrinas se van perdiendo poco a poco y aquellos años cuando la familia católica acostumbraba instalar en casa el Nacimiento al Niño Dios, hoy prácticamente se acabaron.
Las nuevas generaciones ya no les interesa tener ni siquiera el Árbol de Navidad y esto ocurre en una buena cantidad de pueblos; de Santa Claus ni los niños preguntan por él y de aquellas peregrinaciones que se realizaban en esta temporada, ni sus luces… las ideas modernas transformaron la mentalidad de la gente.
Digo lo anterior, porque ayer por la mañana visité la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario y no les miento, pero la vi muy solitaria, sin adornos navideños y lo peor, sin Gente, razón por la que pregunto ¿qué está pasando o de plano se perdió la fe en Dios o ya no hay creyentes?
Ayer se cumplieron 270 años en que mi compadre don Pepe Escandón y Helguera fundara la hoy pujante Villa de Llera y, con ese motivo, el pueblo de mi nacencia estuvo de manteles largos, razón por la cual, la autoridad civil ofreció un convivio para poco más de mil invitados frente a La Casa del Pueblo, para después tener lugar un jaripeo en el lienzo del charro y, posteriormente, un animado baile popular que fuera amenizado por dos conjuntos musicales.
Todo estuvo tranquilo, con un buen clima y excelente alegría.
Los invitados estuvieron bien atendidos por personal de la propia presidencia, teniendo a su cargo el discurso oficial el propio primer edil Héctor de la Torre Valenzuela, quien siempre tuvo a su lado la “dueña de sus quincenas” Patricia Quintanilla Arcos, por lo tanto, ahora si a descansar y aprovechar las vacaciones decembrinas que bien merecidas se las tienen, porque el nuevo año que ya se acerca, será de bastante trabajo.
A propósito, uno de los aspectos que deben ser atendidos es el alumbrado público, pues hay varias calles que adolecen de este servicio, aparte que algunas requieren de una “manita de gato”, según el recorrido que realizamos previo a estos comentarios, por lo tanto, ahí les dejamos la invitación a los responsables de estas cuestiones.
Algo que atrajo nuestra atención, es que la mayoría del frente de las viviendas carecieron de las tradicionales luces de colores y todo se debe a que no hay dinero para darnos estos viejos lujos que antes era común observar, lo que confirma que los padres de familia prefieren “cuidar” su dinero antes que realizar gastos fuera de lo normal, aparte que la energía eléctrica cada vez se vuelve más cara, en fin, la noche del veinticuatro de diciembre estuvo tranquila, pocos correlones por las calles, pocos cuetes de pólvora, bueno, con decirles ni un solo muertito hubo y con esto está dicho todo, por lo tanto, diremos como decían los viejos de antes “el baile no estuvo bueno porque ni siquiera un muerto hubo”.
Esperemos que así sigan las cosas.
¡HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE!