CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Ricardo Chávez Soto, mejor conocido como el ‘Diablito’, es un jugador victorense de fútbol, actualmente juega para Bravos de Juárez, desde pequeño estaba a destinado a ser futbolista, ya que su padre lo era en sus tiempos, el talento corría en la sangre y el puso el sacrificio para lograrlo.
A pesar del éxito que ha tenido Chávez Soto, no ha atravesado un camino fácil, son muchos obstáculos que esquivado, incluso una ocasión, pensó en dejarlo todo, colgar los botines de profesional para dedicarse a estudiar.
Pero el fútbol le volvió a sonreír, se quedó en busca de la oportunidad de sobresalir y ahora vive un sueño, a unas horas de jugar una final de Copa MX ante el rival más envidiado de México y de los más queridos, las Águilas del América.
Pero como toda historia, tiene un comienzo y este fue a finales de 1998 y principios de 1999, cuando Ricardo Chávez comenzó en este mundo donde la pelota no faltaba, “desde que tengo memoria, mi vida siempre ha sido con una pelota de fútbol, mi papá (Ricardo Chávez Medrano) jugó fútbol com profesional, mi casa siempre tenía ese ambiente”, contó a Oé! vía telefónica desde Juárez ya listo para su juego.
“A los cuatro años y medio mas o menos comencé a entrenar formalmente, entré con el equipo de la escuela Surval, ese fue mi primer equipo, después estuve en Estrellitas y Escuela de Fútbol Victoria, siempre recuerdo con mucho cariño esos momentos”, señaló.
El amor por el Corre
Cuando comenzó a jugar de niño, él ya conocía a Correcaminos, en ocasiones iba al estadio, ya que su padre había jugado en el equipo azul naranja y todos le guardaban un cariño, “conocía el estadio como la palma de mi mano”, recuerda quien también acudía como aficionado.
La aventura como profesional tuvo su inicio en el nido naranja; “a los 13 años y medio estuve en la Tercera División del ‘Corre’ con el profe ‘Pato’ de la Torre, me tocó debutar contra un equipo de Xico, yo me emocionaba mucho y desde ese entonces tomé más en serio todo, yo veía a los jugadores de Segunda y del Ascenso MX, quería tener su edad para ir subiendo”, recordó.
El proceso de Ricardo fue muy rápido, después de debutar como menor en Tercera, poco después, aproximadamente dos años más tarde, lo hizo en la Segunda División, “a los 14 años, casi 15 años, me tocó debutar en la segunda división justamente contra la Jaiba Brava en el Estadio Tamaulipas, fue una experiencia increíble que me tocó vivir y que nunca olvidaré”, dijo.
Tigres, altas y bajas; pensó en el retiro
Debido a su buen rendimiento y actuaciones con al Tercera División de Correcaminos, así como la Segunda, los Felinos “en un partido me visorearon, me invitaron, me dijeron que me querían allá, fue una decisión complicada para mí porque a Correcaminos le tenía y le tengo un cariño especial, pero quería trascender y creo que ir a Tigres era la opción buena en ese momento y la tomé”.
A los de la UANL, llegó como delantero, era usado también de mediocampista por derecha o izquierda,
“Fui regular, pero estuvo mas o menos complicada esa etapa, porque no me afianzaba en una posición. Un día se me acercaron y me dijeron que me veía aptitudes para jugar de lateral, ‘por tu físico y altura, será complicado que compitas con delantero que hay en primera, pero te vemos que tienes intensidad, y demás cosas, queremos probarte’, lo hablé con mi papá y me dijo que mientras fuera bueno para mí, pues que le diera”, puntualizó.
Pero no todo fue color de rosas, pues Ricardo Chávez, fue sincero y confesó que en un momento en esa etapa con Tigres, ya quería regresar a Victoria, no quería saber nada de fútbol y dejaría todo el sueño.
“Un día no fue nada bien. Mentalmente estaba muy abajo. No sentía que estuviera progresando, no daba el ancho, estaba muy mal, sentía que estaba de ‘oquis’ y bueno, llegué a la casa, me metí directo al baño, cerré la puerta y comencé a llorar, tenía impotencia”, confesó.
“Después de llorar en el baño, le hablé a mi papá, ‘sabe que jefe, me voy a regresar, se me hace que esto no es lo mío’, a mi me sorprendió mucho como me respondió, él siempre ha sido muy exigente, pero él lejos de eso, me dijo que estaba bien, que me pusiera a estudiar y que no pasaba nada que regresara a Victoria, pero sí me pidió algo, ‘espérate mañana y tomas la decisión más tranquila’”, señaló.
“Cuando eres joven no te das cuenta que habrá altas y bajas…al día siguiente me dijeron que iba de titular, me emocioné y le hablé a mi papá para decirle que olvidara lo que había dicho que iba a seguir en esto”, añadió.
Tras eso, se afianzó mucho más en las inferiores de Tigres, después de un campeonato, fue considerado para el primer equipo, en donde regularmente entrenaba con ellos, además debutó en Copa MX y en un encuentro estuvo cerca de estrenarse en la Liga MX.
Correcaminos y el Ascenso
Tras su paso en Tigres, después de todo sí regresó a Victoria, pero lo hizo con la frente en alto, lo hizo aún como jugador y que mejor que refuerzo al equipo que lo vio crecer como futbolista, decisión que no fue nada fácil para él, ya que tenía un pequeño detalle.
“La decisión de irme allá fue complicada para mí por mi papá, él era alguien de la directiva, la gente iba a pensar que estaba por él, se iban a hablar muchas cosas y estaba consiente que si no mostraba, iba a seguirse hablando de eso, quería estar al nivel de reforzar al equipo y de no ser un ‘acomodado’”, comentó.
Afortunadamente para el ‘Diablito’, todo fue muy bueno, se hizo de los más regulares en un equipo donde no se dieron las cosas en conjunto, “gracias a Dios me tocó hacer las cosas bien”. Disputó en dos torneos, 30 encuentros, la mayoría como titular.
Eso le abrió las puertas de Cimarrones de Sonora, proyecto que lo convenció, “querían resaltar el nivel de nosotros los mexicanos, me apreció un buen proyecto y decidí estar con ellos”.
Con los de Sonora, también fue muy participativo 30 juegos en liga por los dos semestres que se mantuvo, eso le abrió las puertas a Bravos de Juárez, equipo que puso todo en la mesa por llevárselo.
El más importante de su carrera
A pesar de que en ese conjunto no ha encontrado tanto la regularidad que quisiera por diferentes circunstancias, sí vive uno de sus mejores momentos, ya que está a nada del partido que para él, “será el mejor de mi carrera”.
“En Copa Mx estamos haciendo algo histórico, una plaza que no tenía una final de copa en su historia. Estoy feliz por experiencia que estoy viviendo, son juegos que no sabes cuando volverás a jugar, tu sales a la cancha y a lo mejor no lo sientes, pero después miras que ganaste una semifinal contra Pumas y te emocionas”, declaró.
“Es una final contra América, que te digo, a lo mejor tardas un poco en asimilar todo, quien no quiere jugar una final contra ellos, en tu casa, con todos los reflectores, es la oportunidad que tenemos para demostrar que tenemos calidad, demostrar que cualquiera, con buenos jugadores, buen entrenador, buena directiva. Será el partido más importante en mi carrera”, agregó.
‘Vivo un sueño’
Después de lo que ha pasado, tanto bueno y malo, Ricardo no se arrepiente de nada, ya que todo le ha servido para vivir un sueño, tanto futbolisticamente como personalmente.
“Tú piensas en todo y te das cuenta que todo pasó por algo, fueron enseñanzas, vivo un sueño, vivo algo que siempre había querido, en lo personal también con mi esposa y dos hijos, estoy muy feliz, todo se trata de eso, de decidir bien”, puntualizó.
Sueña con primera y Europa
Chávez no se pone un tope y a pesar de que sabe, es sonar muy aventurado, aún piensa en ser un jugador de elite, crecer aún más y demostrar su calidad en el Viejo Continente.
“Me van a decir que ‘este loco que tiene’, pero mi meta es estar en Europa, aspiro a eso, sino aspirar a algo así, no sé para que estás en esto, Primero hay que subir de categoría, sí he tenido ofertas, no se han dado por diferentes cosas, yo sé que pronto se dará la buena, Dios quiera así sea”, declaró.
Por último agradeció a todos los profesores que ha tenido desde chico asimismo a su familia, papás, hermanos, esposa e hijos, “toda la gente que me ha apoyado en toda mi carrera, porque han sido momentos difíciles que he pasado, no todo ha sido bueno y siempre han estado ellos”, finalizó.