El “periodismo” de café, de oídas y de chismes, se nos ha colado en las páginas de la prensa por décadas, el propio estado lo alentó y lo manejó a su conveniencia, la cosa se puso peor con la creación de comunicadores digitales que rentan sus plataformas para dar a conocer como noticia los trascendidos que alguien les indica. Jugosa combinación de la palabra escrita.
A partir de FOX, cuando dejó de ser intocable el presidente, la primera dama, un gobernador o cualquier alcalde, cundió más el uso y abuso de la mala práctica de comunicar sin oficio, solo con beneficio. El frágil esquema que siempre se mantuvo como un matrimonio de conveniencia está divorciando a varios líderes de opinión. En Coahuila un periodista ganó la demanda interpuesta por MOREIRA, en Tamaulipas se hizo pública otra demanda de un personaje público contra un periodista. Ambos casos, disímbolos en extremo, sientan un precedente para reflexionar sobre el ejercicio del otrora cuarto poder.
Mucho antes de que en Estados Unidos surgieran como moda las “fake news”, en México se fabrican notas para incidir en la opinión pública, desde luego que eso no es periodismo. RYSZARD KASPUSCINSKI, referencia obligada para entender el oficio, señaló, que antes los periodistas eran un grupo reducido que se les valoraba. Ahora el mundo de los medios de comunicación ha cambiado radicalmente. La revolución tecnológica engendró una nueva clase de periodista.
En una de sus últimas entrevistas para El País, el escritor polaco definió que los periodistas al estilo clásico son ahora minoría. La mayoría de los insertos en el nuevo periodismo virtual no sabe ni escribir, no tienen problemas éticos ni profesionales, ya no se hacen preguntas, ni hacen preguntas.
“Antes, ser periodista era una manera de vivir, una profesión para toda la vida, una razón para vivir, una identidad. Ahora la mayoría de estos media workers cambian constantemente de trabajo; durante un tiempo hacen de periodistas, luego trabajan en otro oficio, luego en una emisora de radio… No se identifican con su profesión”.
“El verdadero periodismo es intencional… Se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio. El deber de un periodista es informar, informar de manera que ayude a la humanidad y no fomentando el odio o la arrogancia. La noticia debe servir para aumentar el conocimiento del otro, el respeto del otro”.
Lo anoto aquí textual porque es una brújula que no debemos perder jamás.
Pero ya nunca más la comunicación será igual, la era digital nos atiborra de modismos y prácticas que nos dan comodidad, sin embargo todo abuso absurdo traerá consecuencias.
“Paparrucha” es una palabra que recupera la escritora española LAURA GARCIA en su libro FUNDERELE, en una compilación de términos para recordarnos la importancia del lenguaje, en esta se refiere a: Noticia Falsa. Mentira. Obra sin valor.
En Boca Cerrada
¿Otro mejoralito? El tiempo nos lo dirá, borrado todo el sistema del seguro popular impuesto por anteriores gobierno, los de la 4T se han inventado el Instituto Nacional de la Salud para el Bienestar, buscan así atender a la población que no cuenta con IMSS, ISSSTE u otro sistema de salud, con esto van a federalizar otra vez todo el aparato burocrático de atención médica, el reto será atender a más de 60 millones de personas que no cuentan con seguridad social. En el anuncio de la nueva institución, tuvieron de invitada de lujo a MICHELLE BACHELET alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, quien ha dicho que no basta con declarar que la salud es un derecho universal, sino que debe dejar de ser un privilegio para unos cuantos.