Mañana domingo no se quede en casa y salga a depositar su voto a favor de sus candidatos al Congreso del Estado para que después no salga con aquello de que a “Chuchita la bolsearon”, pues aparte de ser un derecho es también una obligación.
A propósito, los tiempos aquellos en que se agarraban del chongo por no compartir opiniones políticas ya quedaron en el pasado, pues hoy no lo hace solo el que no quiere votar.
Lo anterior trae a mi recuerdo que cuando pequeño era tanta la pasión que salían camiones cargados con gente y si eran contrarios ahí donde se encontraban se agarraban a golpes, e incluso si mal no recuerdo hubo de por medio uno que otro muertito y una que otra ponchadura de llanta.
Pero los tiempos fueron cambiando, la gente se hizo más consciente y objetiva al grado que hoy nadie se quiere morir ni siquiera de un sarampión.
Por esos años el sufragio no les estaba permitido pero dejaron de ser “las cocineras de la casa” y todo cambió.
La mujer no solo conquistó el voto sino que también poco a poco fue llegando a los cargos de elección popular y de ahí para el real ya nadie las detuvo, ni siquiera el marido o el novio.
Posteriormente se trasladó la edad de votar de los veintiún años a los dieciocho y el padrón electoral creció en más de un cincuenta por ciento.
Desafortunadamente muchos jóvenes de hoy como que no les interesa sufragar y si tramitan su credencial para votar es por mera necesidad personal o porque alguna dependencia se las pide.
En fin, a lo que queremos llegar es que no se queden en casa y vayan hasta la casilla electoral que les corresponde a depositar su voto.
Una vez cumplida su obligación entonces sí vaya al río a bañarse, a comer o a chupar, pues según el “meteoroloco” habrá un buen fin de semana.
Al turismo capitalino, que por cierto nos visita muy seguido, quiero decirle que nuestras carreteras se encuentran en muy buen estado, son tranquilas y los cuerpos de seguridad en sus tres niveles de gobierno no descuidan sus buenos propósitos de proteger, auxiliar y ayudar a quienes viajan por la cinta asfáltica.
Por lo tanto acá los esperamos por el pueblo de mis mayores.
Ayer el Supremo Arquitecto del Universo nos permitió acompañar hasta su última morada al excelente amigo Segundo Puga y su alejamiento trajo hasta nosotros muy gratos momentos de cuando jóvenes, pues seguido andábamos de pachanga en pachanga, nos gustaba divertirnos y sin buscar pleito alguno.
Por supuesto que nos echábamos nuestra cervecita y el cigarrito no se nos desprendía de los labios, bromeábamos pero eso sí, siempre nos respetábamos y aunque no lo crean pero seguido la raza de aquellos tiempos nos íbamos a pescar al canal, donde logramos sacar bagres y mojarras que después asábamos en brasa.
En fin, tiempos aquellos que ya no volverán.
Se nos van a venir calores muy fuertes, por lo tanto cargue su botellita de agua, conste que dije agua no revuelta con licor.
A propósito: si van a tomar no se olviden de uno, pues también me gusta la cervecita, menos comprarla.
Solo nos resta desearles un buen fin de semana y no olviden que solo basta una sonrisa para que las puertas del cielo se abran.
Nos volvemos a ver hasta el próximo lunes con el favor de Dios.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.