Un año después el Zócalo de la CDMX fue otra vez el escenario para la fiesta, la de la victoria histórica que convirtió a Andrés Manuel López Obrador, a simple vista un evento igual que el del 2018, lo diferente estuvo en los detalles.
Así es mis queridos boes, la del 2018 fue sin duda una concentración multitudinaria, espontánea y de fe, entre quienes se sintieron parte del triunfo (lo eran de hecho), pero la concentración de ayer no fue distinta a la que el régimen priísta, ese al que AMLO derrotó, nos tenía acostumbrados.
Cientos de autobuses rentados ex profeso para acarrear a quienes le aplaudirían al presidente, bolsas con tortas y jugos y versiones de dinero a cambio del viaje a la capital y desde luego el compromiso de vitorear los logros.
Cuánta gente entró a Zócalo, no se sabe a ciencia cierta, pero fue mucha menos que en el 2018, porque a la mitad de la plancha está vez se le colocaron sillas y se dejaron callejones, 50 mil dijeron unos, 85 mil otros.
El caso es que AMLO tuvo su fiesta, la que podemos reseñar en frases, todas con sus datos muy particulares, aunque discrepen de los oficiales; es decir de los de su propio gobierno.
“Fue la victoria de todo un pueblo, de nuestros antepasados, de quienes tenemos la dicha de continuar en este proceso de transformación y de vivir para contarlo…. fue un triunfo para los niños y niñas mexicanos a quienes tenemos el deber de dejarles el legado de una nación feliz“, dijo aunque ganó con 30 millones y en el pais vivimos 120 millones.
Defendió los cambios de fondo que está haciendo; esos que han espantado a muchos de adentro y hartos de fuera: “Con lo conseguido en siete meses basta para demostrar que el cambio de gobierno no ha sido más de lo mismo. Por el contrario, está en marcha una profunda transformación de la vida pública de México”.
Hizo hincapié en el combate a la corrupción; aunque los peses gordos siguen libres y sus cuates ahora forman el Gobierno: «Ya no se tolera la corrupción desde la presidencia de la república, está prohibido el nepotismo, el amiguismo y el influyentismo»
Aunque los datos de Pemex dicen otra cosa y hay más dudas sobre la compra extraña de miles de pipas, defendió su estrategia contra el
huachicol: “Se redujo el robo de combustibles en 94% y nos vamos a ahorrar 50 mil millones de pesos (…) se resolvió el problema de abasto de gasolinas y prácticamente se acabó con el famoso huachicol“.
Y también se echó flores con el tema de la reducción de sueldos, aunque el Poder Judicial y el INE siguen con remuneraciones mayores que la de él: Ningún funcionario puede recibir más de lo que gana el Presidente de la República y yo me reduje el sueldo a casi la mitad de lo que ganaba el expresidente”.
Aunque los empresarios no han dicho en qué, el Presidente ya da por hecho la inversión a la que se comprometieron: “Este año, se invertirán 330 mil millones de pesos en la producción de petróleo, gas y electricidad. Esto representa un aumento del 50% respecto a lo ejercido durante el año anterior”.
Presumió el poder del peso, pese a los pronósticos de todas las calificadoras y expertos en economía global: “El peso es la moneda que más se ha fortalecido en todo el mundo en relación al dólar”.
Para los ex ninis también hubo defensa: “El programa de Jóvenes Construyendo el Futuro es una realidad. En tres meses más estarán trabajando un millón de jóvenes y a más tardar, en 2021, ningún joven se quedará fuera del trabajo o del estudio. Nunca más se les dará la espalda o se les condenará al olvido”.
Verdad a medias lo de la refinería Dos Bocas: “Ya se inició la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco”.
Y desde luego su gran decisión tenía que estar presente, la cancelación del NAIM: “Se canceló la construcción del aeropuerto de Texcoco (…) el espacio donde se iba a construir se convertirá en parque ecológico y se rescatará el lago Nabor Carrillo”.
Otra mentirijilla: “A más tardar a finales de este mes comenzarán los trabajos en el aeropuerto Santa Lucía. Ya tenemos todo el proyecto, se ha demorado porque nuestros adversarios quieren detenerla con una lluvia de amparos y estamos siendo cuidadosos con el estudio de impacto ambiental con el propósito de no darles ningún proyecto para que continúen esas campañas de sabotaje legal”.
Para el tema de temas, pocas muy pocas palabras, porque esta vez no se atrevió a usar sus números, esos que le restriegan en la cara que en seguridad vamos muy mal: “Se terminó la guerra del exterminio contra la delincuencia organizada”.
Pero si hubo mucho parloteo sobre la orden que le dio Trump y que disfrazaron de pacto: “Hace unos días superamos una posible crisis económica y política mediante un acuerdo migratorio que nos obliga a ser más estrictos sin violar derechos humanos”
Solo 25 palabras de una especie de autocrítica de lo que no ha hecho: “Falta mejorar el sistema de salud, debe crecer más la economía y todavía se mantienen los mismo niveles de violencia que heredamos del anterior régimen”
Cabeza, bien aprobado…
No se puede quejar el gobernador Francisco Javier García Cabeza, tres diferentes encuestadoras lo ubican en el top de los mejores calificados del país.
La más resiente: Massive Caller lo coloca en el cuarto lugar de aprobación entre los mandatorios del país con un 50.1%, Arias Consultores en el tercero con 56.8% y el Periódico Heleraldo de México en el séptimo lugar.
Habrá quienes cuestiones las encuestas y el sitio de Cabeza de Vaca en ellas, seguro serán los morenistas, a los que habría que recordarles que esas mismas encuestadoras son las que ubican a AMLO en niveles de aprobación del 70%.