Tantos años en busca de la presidencia de la República y cuando la consigue no la disfruta, al menos eso es lo que denota Andrés Manuel López Obrador todos los días, porque desde que Dios amanece lo que trasmite es: amargura, frustración, enojo y desprecio.
Así es mis queridos boes, partido de esa descripción completamente subjetiva y muy mía, entonces me atrevo a recordar que si no estás a gusto con tu trabajo, sino de sienta bien tu trabajo, sino disfrutas de tu trabajo, simple y sencillamente no lo vas a hacer bien.
Y tan no lo hace bien, que los indicadores y pronósticos económicos señalan que vamos en picada, que los indicadores de seguridad revelan que las ejecuciones cada mes se convierten en récords históricos, que los indicadores de desempleo muestran cada mes a miles en la banca y que los indicadores de inversión tanto nacionales como extranjeros están en sus peores niveles, lo que muestra la desconfianza en la 4T.
Pero más que todos esos indicadores, que incluso mis apreciaciones sobre el estado de ánimo del presidente, están sus últimos incidentes con manifestantes, con periodistas, con calificadoras, con los organismos internacionales, con los organismos locales.
El miércoles pasado, miles de productores agropecuarios tomaron las carreteras de al menos 21 estados del país, protestaban por la disminución de los apoyos que dicen los tienen al borde de la banca rota.
Ese mismo día sin escucharlos AMLO los llamo ‘rebeldes sin causa’ y hasta les advirtió que ‘no pierdan su tiempo, porque no nos vamos a dejar presionar, amedrentar’. Acusó mano negra en el movimiento.
El fin de semana un grupo de empleados de la comisión municipal de agua potable Ciudad Valles esperaron a AMLO en el hotel donde se hospedaba durante su gira por San Luis, querían que los escuchara porque en el municipio y en el Estado nadie los ‘pela’.
Un AMLO enfurecido, fuera de sí, los corrió no de su habitación como dice la grey pejista, sino del estacionamiento donde lo interceptaron para pedir ayuda.
Los acusó de provocadores, de atentar contra la democracia, de darle un trato que él no se merece, cuando los pobres tipos hasta le suplicaban que los disculpara, que los perdonara, que les diera una cita en otro punto de la gira.
AMLO estaba convertido en ‘la tía solterona de 60, a la que le pegó feo la menopausia’, es que no entiende más que sus razones.
El lunes tocó el turno de pelear con un reportero de Proceso, revista a la que acusó de no ‘portarse bien’ con él desde la campaña y aprovechó para advertir que los periodistas que no apoyan a la Cuarta Transformación es porque no son buenos.
Exigió ante un simple reportero que los periodistas del país, los buenos, tomen partido hacia la 4T, como lo hicieron los buenos periodistas de la Revolución y la Independencia. El periodista con el que debatía le ganó con justa razón a su insensatez.
Ese mismo día se volvió a quejar de REFORMA porque el diario recordó que ya estaba por habitar Palacio Nacional, como si eso fuera mentira. No se pude decir de otra forma, él, el que se quejaba de los fifis, que no quiso vivir en Los Pinos que porque era una grosería para el pueblo y una frivolidad vive en un Palacio como si fuera rey, en fin.
El caso es que le siguió con las calificadoras que le reprocharon el plan de negocios de PEMEX y ayer lo hizo ni más ni menos que con el Fondo Monetario Internacional.
El Presidente está enojado, desencajado, fuera de sí y para él solo cuanta su opinión y quien opine lo contrario entonces, porque él lo dice, carece de calidad moral.
Ya decretó que: REFORMA, Proceso, The New York Times, New Week, Financial Times, Fitch Ratings, Moody’s, Standard and Poors, el INE, la CNDH y muchos etcéteras no tienen calidad moral.
Me imagino que si se le aparece Dios y le dice: ‘hijo mío, Andrés estas equivocado, reflexiona hijo mío…”, su declaración será: Dios no tiene calidad moral, es un fifi, pertenece al conservadurismo, ahí hay mano negra.
En verdad, tal vez se toma muy enserio las encuestas que le marcan un severo revés en popularidad y aprobación, como la de ayer de Arias Consultores que le ubica ya con 44% de aprobación por un 53.7 de reprobación. Tal vez deba replantearse cómo se toma las malas noticias y ver la forma de revertir la caída, en lugar de lanzar veneno a diario, le puede pasar algo. Tenemos pues que recordarle, más los suyos, los cercanos, que aún le faltan 5 años y dos meses en el cargo y que si sigue acumulando amarguras terminará muy mal y todos nosotros con él. Ojalá y lo medite.
Ahora que si se trata de estados de ánimo, el que debe andar con la sonrisa pegada al rostro es el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, porque la encuesta de El Heraldo de México lo vuelve a ubicar en el top de los mejores mandatarios del país.
Cabeza de Vaca ocupó las posiciones 5,6 y 7 en: honestidad, capacidad e integridad entre todos los gobernadores del país.
Cabeza de Vaca ocupa el top de los mejores, según la encuesta junto a: Mauricio Vila, de Yucatán; Quirino Ordaz, de Sinaloa; Francisco Domínguez, de Querétaro; José Rosas Aispuro, de Durango; Diego Sinhue, de Guanajuato; Claudia Pavlovich, de Sonora; y Claudia Sheinbaum, de la CDMX. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong