Con opiniones encontradas se recibe la noticia que emite la Corte, se aprueba el aborto en caso de violación sin necesidad de indagatoria ni autorización judicial. La decisión sienta un precedente histórico en la lucha por los derechos de las mujeres y las niñas. De esta forma los hospitales públicos del país tienen la obligatoriedad de prestar el servicio de salud para interrumpir legalmente el embarazo por violación, ojo aquí, solo por violación.
Hasta ahora solo en la CDMX y desde el 2007 se permite el aborto sin averiguar ni penalizar la causa, hasta las doce semanas de gestación.
La modificación a la norma que aplicará para todo el país, no crea requisitos nuevos y se presenta como un gran avance para salvaguardar la vida de muchas mujeres y niñas, ya que antes en clandestinidad eran sometidas a intervenciones abortivas dejando secuelas graves o causándoles la muerte.
Se elimina por fin el viacrucis que revictimizaba a de las víctimas de violación, en oficinas de ministerio público para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo, ya no será necesario el aval o visto bueno de autoridad alguna, bastará con la protesta de verdad de la solicitante y el estado deberá proveerle la seguridad y acompañamiento en el proceso, además se ajusta a la Ley General de Victimas.
Para el caso de menores de 12 años, la petición deberá realizarla el padre, la madre o tutor. El personal que realice el aborto No tendrá que comprobar lo dicho por la solicitante. De esta forma las niñas ya nos serán forzadas a ser madres, producto de una violación, el último informe de “Violencia sexual y embarazo infantil en México” reportó cerca de 12 mil casos de menores entre 10 y 14 años que tuvieron un hijo.
Grupos religiosos ya están elevando plegarias al cielo y apuntando con el dedo a los ministros que tuvieron a bien amoldar la ley a este tiempo, era una demanda social pendiente que no había sido atendida, precisamente por temor a represalias públicas de jerarcas eclesiásticos y sus seguidores. Pero es un gran logro para colectivos feministas que trabajan por los derechos de las mujeres en nuestro país, los mismos grupos que han documentado casos de niñas abusadas y con criaturas a cuestas por una mala aplicación de la justicia.
Tampoco es un incentivo para incrementar la tasa de abortos, como opinan algunos moralistas, aunque si se notará la elevación de la cifra, dado que antes ni siquiera era contabilizada la estadística sobre asistencias o emergencias médicas a mujeres embarazadas víctimas de violación.
Aunque se avanza un paso en la batalla por los derechos de las mujeres, los colectivos feministas seguirán pugnando por la facultad plena de decidir sobre su cuerpo, por un aborto legal, seguro y gratuito en todos los casos.