¿Pues qué pasa con él magisterio?
Pregunto porque hace algunos años la Delegación Catorce de Llera compró un terreno por la Calle Hidalgo donde construyeron e instalaron las oficinas del sindicato y en el que celebraban sus reuniones incluyendo uno que otro convivio pero sin saber por qué, un día cerraron, abandonaron terreno y edificio, con lo que prácticamente se acabó la entonces pujante delegación.
Hoy según parece terreno y edificio tienen nuevo dueño, que por cierto están abandonados y enmontados, pues nadie se preocupa por él, cuando antes era todo un señor edificio, por lo que pregunto ¿Qué habrá pasado?
Sin duda alguna que Llera es un pueblo turístico muy conocido en la parte centro de Tamaulipas, hasta donde llegan familias a divertirse al río Guayalejo, pero le falta un área dónde exhibir los recursos propios de esta actividad comercial, digamos un mercado público, pues el comercio actual aunque lo tiene todo carece de promoción local y hacia el exterior, razón por la cual nos inclinamos por un espacio atendido por personas y familias que buscan la forma de subsistir sin que obligatoriamente sean los actuales comerciantes establecidos los responsables y encargados de esta área pública, pues si mal no recuerdo hace algún tiempo Llera contó con un mercado pero se vino a la baja no tanto por la falta de venta y recursos, sino más bien porque para bien o para mal eran los mismos comerciantes establecidos los que se apoderaron del mencionado mercadito, en tal virtud no podían ser ellos mismos los que se hicieran la competencia, por lo tanto el mercadito desapareció, la ilusión se fue y Llera retornó a sus orígenes, comercialmente hablando.
Ante el fracaso original surgió, la idea de establecer un “mercado sobre ruedas” y funcionó bastante bien hasta que se vino entre ellos mismos una guerra sorda por los precios, al grado de que llegó el momento que era más caro comprar entre estos que ante el comercio tradicional, por lo tanto el consumidor regresó a sus orígenes y ahí se acabó el sueño del mercado sobre ruedas.
Ahora los tiempos son distintos y las leyes comerciales también, por lo tanto se puede pensar otra vez en la posibilidad de instalar un nuevo mercadito donde los dueños de estas tiendas sea gente con sanos propósitos y deseos de triunfar en esta área pública, por lo tanto ahí les dejamos la idea.
Por supuesto que invitamos a la autoridad municipal para que sea rectora y vigilante de ésta, sin olvidar el viejo principio de la competencia leal, consciente y actualizada.
Para ponerle fin a la tribuna de este día permítanme insistir en la idea de la transportación urbana para el pueblo de mis mayores pues como podrán observar el inicio de clases se encuentra muy cerca pero también las lluvias y los nortes, por lo tanto no echen al saco roto la propuesta y que tal si le vamos poniendo Jorge al niño.
Sería formidable.
Digo, dicen… Diremos.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.