CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Para muchos, en el día existen muchos tiempos libres, se da la oportunidad de salir a divertirse, para otros es todo lo contrario, toda su agenda diaria, está ocupada, y no es precisamente, para pasar un rato tranquilo, sino para entrenar y mejorar día a día en lo que hacen.
Así se podía describir la vida de los atletas de alto rendimiento, pues el entrenamiento, sacrificio, lucha y todo lo que hacen, les consume el tiempo, dejan de ver en muchas ocasiones a la familia en reuniones, o incluso, alejarse de ellos, con tal de entrenar para ser mejor.
Tal es el caso de Priscila Saraí Chávez Nava, tamaulipeca de nacimiento, que lloró por primera vez en Reynosa, pero creció en Miguel Alemán y ahora por su estudio, hoy radica en la capital del estado.
Ella es una atleta de alto rendimiento en la disciplina de Paratletismo, compite en la modalidad T-13, de Ciegos y Débiles Visuales, pero curiosamente, ella no sabía que tenía esa capacidad diferente.
Antes de los 11 años, ella llevaba su vida normal, simplemente no podía ver bien como muchas otras personas, ella creía eso; pero llegó el momento en el que todo salió a la luz; gracias a unos estadios médicos que se realizó, descubrió junto a su familia, que su vista, estaba algo deteriorada, -más de lo normal-.
«La verdad yo no sabía que lo tenía, porque no se notaba, fue después por unos exámenes que me hicieron, como a los 11 años y que me di cuenta, pero no me afectó en algo en cuestión de mi vida, todo lo llevé con normalidad, con cuidados obvio, pero normal”, indicó.
Priscila encontró en el atletismo, una disciplina qué hacer para ‘matar’ el tiempo, pero a lo largo de su carrera, terminó por ser una prioridad. Alguna vez, pensó en abandonar todo, debido a malos resultados, pero la perseverancia y trabajo que hizo, la hicieron que regresar a competir más fuerte y consiguió cumplir un grande sueño, participar en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019.
Además ha sido, medallista en competencias estatales, nacionales e internacionales, hoy, Priscila Chávez, es una de las tamaulipecas más destacadas en paratletismo y pone la mira en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
Su inició
La oriunda de Miguel Alemán, tuvo sus primeros entrenamientos, a la edad de nueve años, y todo comenzó como distracción, lo que no sabía, es que al final, un mero hobby, se convertiría en una pasión.
«Inicié en esto para mantenerme ocupada, mi papá me invitó, el me entrenaba, pero lo veía como un pasatiempo. Ya después me fui metiendo y participé en mis primeras competencias», inició la entrevista con Oé!.
En sus primeros torneos, y aunque no lo notaba, entrenadores, empezaron a olfatear el talento que tiene Priscila Chávez, y esto hizo que llegara a la Selección Mexicana de Paratletismo.
«En el 2017, en una competencia a la Ciudad México, participé en un selectivo para los Parapanamericanos Juveniles, me encontré a la entrenadora nacional de atletismo, y desde ese entonces empecé a entrenar ya en alto rendimiento», señaló.
‘No me la creía’
Fue hace tres años, cuando por primera vez, Priscila, supo lo que era viajar en avión, y acudir a otro país, en representación de México, algo, que para Priscila, fue algo que, no pensaba que fuera a pasar.
«A los 17 años, estuve en Centro Nacional de Alto Rendimiento y Centro Paralímpico Mexicano, estuve concentrada medio año, y a la primera competencia que fui fuera del país, fue a a un Grand Prix en Arizona tercer lugar Gran Prix, en Colima».
Ante eso, dijo que, «se siente bien padre, porque vas a otro país, conocer gente, a conocer otras formas de entrenar, y si fue algo emocionante.
Pensó en
abandonar
el sueño
Previo a una competencia que tenía, Priscila se preparó de la mejor forma, practicó y sacrificó muchas cosas, al final, los resultados no fueron positivos; no dio las marcas para clasificar a los Parapanamericanos Juveniles, eso la motivó a pensar en dejar todo, echar a la basura todos los años de entrenamientos y toda una carrera de éxitos.
“Me dio para abajo mucho -el ánimo-, fue cuando estaba concentrada en el CNAR, casi me quede sola porque todos se estaban yendo. Pensé que tal vez, esto no era para mi, porque si fuera buena, hubiera ido a los Juveniles, y sino como aspiraba a ir a los libre”, aseguró.
Pero encontró en su padre, a su mejor aliado, esa persona que la animó a seguir adelante en busca de sus sueños. “Mi papá. Èl también fue deportista y es como, quien me apoyó para que siguiera entrenando y fue la persona quien me hizo entrar en razón”, contó.
Aspira en llegar a Tokio
Tras el pequeño tropiezo que tuvo, Priscila siguió adelante, mejoró y empezó a dar buenas cuentas, ganó torneos que la llevaron a ser considerada parte de los Juegos Parapanamericanos y se mantiene la llama de esperanza de ir a los Juegos Paralimpicos 2020.
Expresó que ir a Lima 2019, ha sido de las mejores experiencia en su vida, pero no se pone de tope ese certamen, pues quiere más y representar a México en otros niveles.
«Son las grandes ligas, es una experiencia muy diferente, estás con otros países, y los lugares son otra cosa. Ahora mi sueño y aunque lo veo muy difícil, es llegar a Tokio, y estoy entrenando fuerte y espero se den los resultados».
“Hubo un campamento que fue para atletas que ya tienen vistos y tienen la posibilidad de ir a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. No es que esté cerca, porque son muchas cosas que se tienen que llevar a cabo para ir, pero es algo así, como atletas que si pueden llegar a clasificar», agregó.
Esfuerzos que
valen la pena
Priscila, admite que no es fácil la vida de ser atleta, pues no llevan una vida habitual como otra persona, pero al final los resultados que se obtienen, son la recompensa.
«Es cansado, porque aparte estudio, pero vale la pena, cuando pasan por mi, es de la mañana y cuando me van a dejar, ya es en la noche. Pero es bonito, porque puedo representar a mi país, y que te reconozcan que saque buen lugar en alguna competencia, eso es lo más bonito para mi».
Añadió, que todo lo que ha logrado hasta el momento no solo es esfuerzo de ella, pues influye mucho su familia y organizaciones como el Instituto del Deporte en Tamaulipas y la Universidad Autónoma de Tamaulipas, quienes la respaldan para que puede asistir a competir.
«Agradezco mucho, primeramente a mi familia, ellos me han apoyado en esto, a mi entrenador, también a la UAT, al INDE, todo esto es un equipo y trabajamos en conjunto».
Ahora Priscila se prepara junto a su entrenador Eliud Tinajero, para futuras competencias, con la mirada puesta en Tokio 2020, otro sueño que busca cumplir.
REACCIONES
«Es cansado, porque aparte estudio, pero vale la pena, cuando pasan por mi, es de la mañana y cuando me van a dejar, ya es en la noche. Pero es bonito, porque puedo representar a mi país, y que te reconozcan que saque buen lugar en alguna competencia, eso es lo más bonito para mi»
«Mi papá. Èl también fue deportista y es como, quien me apoyó para que siguiera entrenando y fue la persona quien me hizo entrar en razón”
«La verdad yo no sabía que lo tenía, porque no se notaba, fue después por unos exámenes que me hicieron, como a los 11 años y que me di cuenta, pero no me afectó en algo en cuestión de mi vida, todo lo llevé con normalidad, con cuidados obvio, pero normal”