“En el juego de palabras para explicarnos lo que no han podido hacer, señalan un “crisis de inseguridad crónica”
Otra vez el galimatías de la cruda realidad y la percepción ciudadana, cuando en México se habla de inseguridad pública se buscan recursos lingüísticos para disfrazarnos la grave problemática nacional y es que se cumplió el plazo que se auto decretó este gobierno para pacificar la república, pero no se alcanzó la meta y se echa mano del gastado recurso para echarle la culpa a los anteriores.
Tras aceptar que “no hay nada que celebrar en el combate a la inseguridad” el responsable de la seguridad nacional, Alfonso Durazo presentó “sus datos” del delito correspondientes al periodo de diciembre 2018 a agosto de este año, continua alto el número de delitos, pero “se registra un punto de inflexión”, dijo para complacencia únicamente del presidente, en su conferencia mañanera.
En el juego de palabras para explicarnos lo que no han podido hacer, señalan un “crisis de inseguridad crónica” lo que nos lleva a registrar 33 millones de delitos asociados a 23 millones de víctimas, entre las cifras que nos roban la felicidad que prometió esta administración, destacan la exhumación de 706 cuerpos, 206 identificados y entregados a sus familiares “con dignidad”; 15 periodistas y 23 defensores de derechos humanos asesinados; actualmente mil 39 personas
están inscritas en el mecanismo de protección; y “alrededor de” (así sin detallar lo presentan) 125 mil mujeres han denunciado ser víctimas de violencia. Sabemos que en este y otros rubros las cifras reales superan los registros debido a que no todos los delitos se denuncian.
Sólo dos alertas de violencia de género decretaras en este periodo, una para Puebla, otra para el Estado de México, y en debate aún la de la CDMX.
En la numeralia el gobierno federal reconoce a Tamaulipas con déficit de policías, faltan cerca de 8 mil elementos, para complementar los más de 10 mil que se requieren para atender a 3.4 millones de habitantes.
Las cifras del delito, que se desglosan a partir del informe del Gabinete de Seguridad Nacional, tendrán variadas interpretaciones, pero los análisis subsecuentes podrán confirmar que la política del “fuchi, guacala” no es está dando los resultados anhelados.
En Boca Cerrada
Lo que hemos aprendido de la 4T es empoderar el lenguaje prosaico, ejemplo de ello se dio en un aeropuerto nacional donde una mujer abraza a su presidente lo elogia y le dice “Peña Nieto te la pela”, acto seguido el mismísimo gobernante le contesta “bueno, eso sí”. Así va el país a paso lento y en medio de una comedia negra llena de albures.