Una experiencia insólita en la política tamaulipeca, donde el buscachambismo está en el ADN de los grillos lugareños, ha vivido las últimas semanas José Ramón Gómez Leal, embajador de la IV Transformación en estas tierras.
Resulta que en el organigrama de la alta burocracia federal que opera las ruinas que quedan de las delegaciones, hay docenas de puestos acéfalos por una razón que suena absurda: han sido rechazados sus ofrecimientos a pesar del desempleo que afecta a los numerosos operadores políticos, ninguno quiere enrolarse con el famoso JR.
Motivo o razón: lo consideran frívolo, poco cumplidor y saben de las amargas experiencias de otros que sí aceptaron y que no han logrado cobrar sus sueldos o en el mejor de los casos, los reciben en abonos y en cantidades que son una bicoca.
Pero dejemos al JR con sus penas. Hay nuevo Jefe de la Oficina Fiscal. Se trata de Raúl Eduardo Monge, un matamorense avecindado en Tampico y que en los tiempos recientes ocupó un alto cargo en la COMAPA porteña.
Su salida de Comapa-Tampico se produjo tras vivir la amarga experiencia de un secuestro. Releva a Mauricio Guerra, actual subsecretario de ingresos del Gobierno del Estado.
Por cierto, Arturo Soto ya se decidió a retomar su activismo político y reapareció ayer en una conferencia de prensa. El legislador victorense no pierde la esperanza de ser electo alcalde de esta Capital en el 2021 y desde ahí trabajar para el 2022 pues su corazoncito late fuerte por trepar a la cúspide del poder estatal, obsesión que antes ya le costó tremendo resbalón.